La administración del aeropuerto de Fisherton confirmó ayer que mañana iniciará las obras de reparación en una de las dos calles de rodaje de la estación, y de la plataforma central, apremiada por la eclosión de las falencias de la infraestructura que dejó a la vista la semana pasada la salida momentánea de servicio debido a la avería de un remolcador de aviones. Claro que ese "manos a la obra" implicó volver a estar inoperable entre las 9.30 y las 19. Los vuelos programados serían suspendidos o derivados a otra terminal.

La empresa Obring es la encargada de reparar las fisuras que marcan el deterioro de la aeroestación rosarina, la única sostenida con presupuesto del Estado ‑santafesino, en este caso‑ y fuera del negocio cautivo de Aeropuertos Argentina 2000, única concesionaria para operar en el resto del país. Estiman que la operatoria estará normalizada el viernes, aunque los trabajos de refacción continuarán en otros sectores. Pero el contratiempo trajo disgusto en el ámbito de la hotelería y la cadena del turismo local, puesto que todo ocurrió en vísperas de un fin de semana largo, pasible de generar movimiento de pasajeros.

El deterioro de las calles de rodaje se tradujo en grietas del asfalto con piedras de distinto tamaño que podrían ser aspiradas por las turbinas en funcionamiento. Por eso los pilotos apagan los motores luego de aterrizar, o los encienden una vez posicionados en la cabecera de la pista, para evitar esos contratiempos que podrían averiar fatalmente las turbinas. Y para hacer esas maniobras (llamadas push back), es menester entonces el trabajo de esos famosos tractores remolcadores, algo que causa demoras en la operación de cada vuelo.

Para la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) el origen del problema es la falta de inversión y mantenimiento. "Las obras deberían haberse hecho antes. Dimos el ultimátum para el viernes para no detener la operación del aeropuerto. Es el mal menor, porque si no tendríamos que haber parado la actividad. Ahora el concesionario se comprometió a reparar entre el martes y el jueves para recuperar la operación normal", dijo Juan Pedro Irigoin, del ente contralor de la aeronáutica nacional.

Desde las oficinas del Aeropuerto Internacional Islas Malvinas, la historia difiere con la versión del funcionario nacional. El director Raúl Garo se remontó a tareas de acondicionamiento de la pista que la provincia encaró en 2013 y la construcción de una de las dos calles de rodaje. "Pero la Anac lo sacó de la licitación como también las posiciones nuevas en la plataforma", reveló Garo. "Esta decisión ‑siguió‑ derivó en 2015 la elaboración de un proyecto de nuevas posiciones que condujo a que las aeronaves cuando rotan en la plataforma hasta la posición de estacionamiento lo tengan que hacer sobre superficies no contempladas", dijo. Y ese detalle explicaría la rotura de las losas y el asfalto por el rodamiento de las aeronaves.

Los trastornos en la gestión del aeropuerto rosarino surgen al término de un año en el que sus autoridades se aprestaban a celebrar un récord de 500.000 pasajeros en dicho período.