Javier Milei finalmente aterrizó junto a su comitiva este mediodía (hora argentina) en Idaho, Estados Unidos, luego de un periplo de más de 13 horas de vuelo. El viaje lo hizo a bordo de un jet privado, alquilado a la empresa Flyzar, propiedad del empresario Gustavo Carmona. Según fuentes vinculadas al sector aeronáutico consultadas por Página/12 —ante la falta de precisiones del Gobierno respecto a los costos del viaje— la firma cobra por este tipo de travesías poco más de diez mil dólares la hora. Lo que se traduce en un gasto aproximado para el Estado, sólo en términos del traslado (ida y vuelta), que rondaría los 280 mil dólares, que se añaden a la abultada cuenta que el Presidente le viene trasladando a las arcas públicas por sus giras por el exterior.

Este diario ya había publicado que al menos hasta mayo, Milei llevaba gastados unos 650 millones de pesos en todo concepto en sus giras, según la respuesta oficial ante un pedido de acceso a la información pública. La mayoría de las salidas presidenciales –incluída esta última, la quinta que encara al país del Norte– se hicieron sin agenda oficial confirmada, por lo que el dato de los costos cobra relevancia, sobre todo en un contexto en el que “no hay plata” para muchas de las funciones sociales de la gestión.

El avión al que se subió Milei es un Gulfstream matrícula LV-KLH de la empresa Flyzar, que ya había sido contratada por otros presidentes, como el caso de un viaje que realizó Alberto Fernández, en pandemia, hacia México. Es uno de los pocos disponibles que pueden cubrir la distancia hasta Idaho (unos 10.430 km) sin hacer una escalas para reponer combustible.

En Casa Rosada explicaron a Página/12 que la razón del vuelo privado es que "no hay aviones disponibles o aptos para este viaje". El avión presidencial está fuera de uso por al menos dos meses más, a la espera de una inspección general. Pero Milei podría haber viajado por línea comercial, tal como lo hizo hasta abril, para reforzar su mensaje de supuesta "austeridad" en tiempos de ajuste brutal sobre la mayoría de la población. Pero todo hace presumir que eligió contratar a esa empresa porque de otro modo llegaba muy justo con los tiempos al “campamento de verano de empresarios” al que asistió, y que se termina este mismo sábado.

El costo posible de 280 mil dólares en la ida y vuelta a bordo del avión de Flyzar se compone de los gastos de la empresa pero también de los impuestos en el aeropuerto y otros adicionales vinculados al rubro.  

El Jet set

El destino elegido por Milei para su undécima gira internacional fue la ciudad turística de Sun Valley, conocida por sus montañas de picos nevados. Cada año, durante el verano del Norte, se congregan en esa localidad, durante algunos días, billonarios de todo el mundo vinculados a los medios, la industria cultural y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Se lo conoce como el “campamento de multimillonarios” y es financiado por la firma Allen & Co, vinculada a inversiones en ese mismo sector, que administra las invitaciones y costea los hospedajes.

Según las crónicas de los medios norteamericanos, los empresarios llegan hasta el “campamento” a bordo de sus jets privados. Suelen hacerlo cada año desde Tim Cook, dueño de Apple, y Mark Zuckerberg, de Meta, hasta Sundar Pichai, CEO de Google. Llegan hasta el lugar a repartirse negocios y, en los años electorales para EEUU como este, también aprovechan para cerrar sus aportes y apoyos a las campañas presidenciales de republicanos y demócratas.

Milei no será la excepción, en ese punto: él también tuvo su vuelo privado, el primero que contrata en lo que va su gestión.

“No me gusta viajar”

El asunto de los viajes del Presidente --realizó once giras en ocho meses, y pasó más de 50 días fuera de la gestión-- empezó a convertirse en espinoso para el Gobierno. "Es muy gracioso que me critiquen", se atajó consultado al respecto de que "viaja mucho" en una entrevista televisiva que se emitió el jueves a la noche, antes de subrise al avión.  "Yo odio viajar”, agregó, porque "extraño mucho, ahora por cinco", en referencia a sus  perros. "Se molestan porque ahora el mundo habla de Argentina", siguió. Y se refirió a quienes lo cuestionan como "los imbéciles abanderados de las formas".