Respecto de las reformas jubilatorias, no hay sólo críticas sino un fuerte enojo en la sociedad. Todo lo que se baraja es duramente cuestionado por la gran mayoría de los encuestados. Es que los datos son contundentes. Hoy por hoy, la mayoría opina que los jubilados están peor que hace dos años, empezando por una caída fuerte en su poder de compra. Es casi de sentido común que lo que consumen las personas de la tercera edad –comida, medicamentos, servicios– aumentó muy por encima de la inflación promedio, lo que supone una caída nítida del poder adquisitivo. En ese marco, la propuesta de cambiar la fórmula de aumentos de las jubilaciones es tomada como una medida contra los jubilados. Y la idea de aumentar la edad en la que se puede acceder a la jubilación también cosecha un fuerte rechazo.


Elevar la edad para jubilarse

 


“La reforma jubilatoria se presenta en un marco social que tiene importantes aristas de riesgo –señala Roberto Bacman, titular del CEOP–: abierto rechazo por parte de la sociedad en su conjunto, además de los propios jubilados. Un verdadero desafío para el Gobierno Nacional, donde cualquier medida que implica un cambio, debe ser evaluada con sumo cuidado, porque la gente abiertamente está en contra. Este es un terreno muy pero muy peligroso para la Casa Rosada, según vemos en la encuesta”.

Las bases de tanto rechazo son las siguientes:

  • Sólo el 23 por ciento dice que los jubilados están mejor que hace dos años. El doble, el 46, dice que están peor.
  • Seis de cada diez afirman que los jubilados perdieron poder de compra, lo que se traduce en menos prestaciones médicas y jubilaciones que no les permiten llegar a fin de mes.
  • El posible aumento de la edad jubilatoria (5 años más para hombres y mujeres) genera un fuerte rechazo. El dato a nivel cuantitativo es contundente: el 66 por ciento se pronuncia en contra.
  • La nueva fórmula de ajuste propuesta para mantener el poder adquisitivo del haber jubilatorio, planteando a la inflación como principal término de dicha fórmula, por más que se aplique trimestralmente, genera un rechazo del 54 por ciento.

Nueva actualización del haber


Como se ve, ninguna de las propuestas quedan en pie, desde el punto de vista de la opinión pública. Es que, además, ya trascendió que el Ejecutivo busca reducir lo destinado a las jubilaciones y se manejan cifras de casi 1000 pesos por mes que perdería el jubilado o de una reducción de 100.000 millones de pesos en su presupuesto. En el marco de que casi seis de cada diez encuestados piensan que la administración Macri beneficia a los que más tienen, las sospechas y el rechazo a la reforma jubilatoria se hacen casi lógicas.

Un dato asombroso es que en las encuestas preelectorales, Cambiemos siempre mostró preeminencia en el voto de las personas mayores de 60 años, es decir que se apresta a tomar una medida feroz contra una franja de votantes que le fue favorable. Sin embargo, el impacto no es únicamente en esa franja, ya que en la opinión pública medidas de ese tipo golpean a todos los niveles.

Toda la situación es de desconfianza. En 2016 la inflación fue de 41 por ciento y los aumentos en las jubilaciones del 31, es decir que se perdieron diez puntos en los ingresos. Este año se recuperó una pequeña parte, pero cuando se habla de “ahorro fiscal” en la Anses, lo que percibe el ciudadano común es que van a ajustar en jubilaciones y pensiones.


En comparación a 2 años atrás