Balbi indicó que Chile, Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Inglaterra y Sudáfrica, ya ofrecieron asistencia para reforzar la búsqueda de la nave que llevaba abordo una tripulación de 44 marinos, que zarpó el lunes por la mañana desde Ushuaia, Tierra del Fuego, y perdió contacto el miércoles en la zona de Península Valdés. "Llama la atención la falta de comunicación después de dos días", reconoció el vocero, quien agregó que no hay antecedentes de una búsqueda de este tipo. 

El vocero de la armada detalló que en esta etapa hay tres corbetas, un destructor con helicóptero, un avión de la fuerza nacional y otro de la NASA participando de la búsqueda y que se ampliará por otros medios: a través de un radio aviso a todos los buques cercanos a la zona por un posible avistaje o la intercepción de una comunicación.   

"Hay que llevar tranquilidad a las familias de la tripulación, la Armada está cumpliendo con los protocolos de búsqueda", sostuvo Balbi, quien negó que a los 43 hombres y a la única mujer de la tripulación les pudiese faltar aire o alimento para sobrevivir. "A penas haya tenido problemas de comunicación, el submarino tuvo que subir a la superficie y con la apertura de la escotilla el aire se renueva", indicó el vocero y aseguró que en caso de estar en superficie tampoco es un problema la falta de alimento.

 En cuanto a la hipótesis acerca de que un desperfecto eléctrico haya dejado sin comunicación ni propulsión al submarino, Balbi reconoció que en superficie la estabilidad de la nave no es la misma que la de un barco y que están "a merced del oleaje".

La última posición informada por el buque con propulsión diesel-eléctrica, que "está en perfectas condiciones de navegabilidad", fue hace 48 horas en una zona cercana a Puerto Madryn. "Se está haciendo difícil de la detección de acuerdo a la última posición", reconoció esta noche el vocero.  

El submarino ARA San Juan había sido botado hace dos años nuevamente, luego de una “reparación de media vida”. El trabajo fue realizado por el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar) e incluyó el cambio de los motores  y del equipamiento general de la nave, que extendió 30 años la vida útil del buque. El submarino ingresó al Cinar en diciembre de 2008 y su remodelación duró ocho años.