El tango se sigue abriendo, y está bien. En tal senda, ahora apareció un power trío del género que al típico tridente guitarra–bajo–batería del rock and roll le antepone el de bandoneón–piano–contrabajo. Una novedad estético/instrumental que corporizan, por orden de aparición, Julio Coviello, Nicolás Di Lorenzo y Mariano Bustos. “Nos gusta el tango, pero vivimos toda esa historia del rock, y la tenemos encima. Nos gustan mucho The Police, Manal y Divididos, no lo podemos negar”, sentencia Di Lorenzo. El trío tiene un nombre acorde a la propuesta (Cañón) y acaba de publicar un disco debut llamado Brujos. “Nosotros somos fierreros, nos gusta sonar bien y fuerte, y todo eso le llega a la gente que ya nos conoce”, describe Bustos. “Si bien somos unos hinchapelotas con el sonido, lo que hacemos está lejos de la pomposidad o el acartonamiento”, agrega el contrabajista. 

El power trío de tango deviene del Cuarteto Coviello, agrupación creada por el bandoneonista y compositor en 2009, que publicó dos discos (14 y Llegaron) y en 2014 se transformó en Cañón. “Una de las diferencias entre el trío y el cuarteto es que no hay guitarra, y la otra, que empezamos todos a escribir temas y a darle una vuelta de tuerca a la cuestión rítmica”, detalla Coviello, ex miembro de la Orquesta Típica Fernández Fierro que, además de darle duro y parejo al fueye y arreglar temas, ahora canta. En concreto, se le agregó un bombo al piano de Di Lorenzo. “Fue una idea que se nos ocurrió porque ensayamos en mi sala, en la que hay una batería porque muchas veces toqué rock, y Mariano dijo ‘che, podríamos implementar algo que complete la situación rítmica’. En realidad, estábamos buscando un sonido más moderno, algo que te dé en el pecho. Nos pareció importante agregar ese timbre distintivo, así como Fresedo puso un redoblante y Pugliese quiso poner un bombo legüero. Buscamos acentuar una característica rítmica que siempre tuvo nuestra música”, cuenta el pianista mientras clava la ñata contra el vidrio, en un bar esquinero de Constitución. “Me pasó de ir al Colón a escuchar la Quinta Sinfonía de Beethoven dirigida por Barenboim, y la verdad es que sonaba bajito. No sé, los oídos han cambiado y queríamos grabar un disco que nos enorgullezca por el audio... que sonara poderoso como un disco de rock”

–Entonces Cañón es por eso. ¿o están hablando del faaaasso?

Mariano Bustos: –(risas) No... lo de Cañón es porque el trío es potencia, es pura sangre. Ya dijimos que en algún momento el tango cañón va a ser un género musical en sí mismo. 

–Hay un antecedente histórico (de mediados de los setenta) con la misma formación: Berlingieri en piano, Federico en bandoneón y Cabarcos en contrabajo. ¿Se espejan en ellos? ¿Lo toman como referencia o solamente coincide que son tres tocando los mismos instrumentos?

Julio Coviello: –Es un antecedente, como puede ser también el trío de Néstor Marconi, pero no los tenemos como ideario sónico.

M. B.: –Además nosotros, pese a que somos un trío, somos más orquestales. Nuestra sonoridad es muy rítmica, muy potente; sale todo el equipo a morder arriba, después se mete todo atrás, y de vuelta al ataque. Vamos como una patota para un lado o para el otro.

Nicolás Di Lorenzo: –Y si alguien viene con mucha semicorcheada, se la tiramos por la cabeza (risas). Creo que más que el trío Federico–Berlingieri–Cabarcos, nos entusiasma el primer disco de The Police, que es tremendo. 

De los diez temas que pueblan Brujos, Di Lorenzo se queda con “Telarañas”, el único que compuso Bustos. “No le debo plata, eh?”, se ríe el pianista–baterista. “Lo destaco porque ahí se nota todo el espíritu de un contrabajista, sobre todo en la cosa rítmica”. Bustos, en cambio, opta por “Caída libre”, pieza compuesta por Julio Coviello y el cantor de 34 Puñaladas Alejandro Guyot. “La elijo porque representa el sentir de un tipo cuando lo deja una mina. Es muy fuerte eso, y refleja la historia de muchos. Es más, cada vez que lo canta estamos ahí y hemos pasado por muchas de esas situaciones. ‘Fuiste, entre otras cosas, caída libre de un puente negro’... se me pone la piel de gallina cada vez que escucho esto. Es tremendo, demoledor”, revela el contrabajista. En tanto, Coviello, el capitán, se queda con el primero: “Fiera”, escrito por Di Lorenzo. 

–¡Pero se están tirando centros!

J. C.: –¿No dijimos que nos queremos, que jugamos a los pases? (risas). Posta, este tema me gusta porque tiene el nervio y el frenesí juvenil que conservamos. Empezar el disco con un tema así es como entrar rompiendo la puerta.