El expresidente Alberto Fernández prestó este martes declaración indagatoria en la causa por violencia de género que se inició con la denuncia de su expareja, Fabiola Yañez. “Dejo expresamente en claro que jamás ejercí violencia física sobre Fabiola Yañez -escribió Fernández-. Ninguno de los testigos ha visto o conocido de algún modo que yo haya tenido semejante conducta ni que yo fui el causante de ese presunto ojo morado que exhibe en la fotografía de Whatsapp. Sus amigas más intimas afirman que nunca Fabiola les dijo que yo la agrediera físicamente”. El texto de 200 páginas que entregó AF fue redactado por él mismo y sostiene, entre otras cosas, que las fotos con el ojo morado de Yañez se originan en un tratamiento que le realizó la esteticista Florencia Aguirre, aplicándole inyecciones en la zona. Fernández también relativizó las fotos como prueba dado que Yañez nunca entregó el celular, por lo que no se pudo hacer ninguna pericia real sobre las imágenes ni determinar cuándo fueron tomadas.
Sin preguntas de sus señorías
Como se sabe, Fernández fue imputado por el juez Julián Ercolini y el fiscal Ramiro González por el delito de lesiones leves agravadas y lesiones graves (psicológicas) en el contexto de violencia de género. El expresidente llegó a las 10 de la mañana a Comodoro Py y no admitió preguntas ni del magistrado ni del fiscal. Sucede que Fernández ya los había recusado y objetado, no sólo por ausencia de imparcialidad, sino porque en su momento denunció a Ercolini -eran amigos y el juez era su ayudante de cátedra- a raíz del viaje a Lago Escondido. “Ud no tiene aptitud moral y por lo tanto no voy a contestar ni preguntas suyas ni del fiscal”, le dijo en la audiencia el expresidente al magistrado. Respecto del fiscal, el expresidente señaló que estuvo imputado en causas iniciadas por su exesposa y dio a entender que fue “repentinamente sobreseído” por la trama del Poder Judicial. El ambiente en la audiencia fue tenso y el texto es muy duro con el juez y, en especial, con el fiscal, que fue quien llevó adelante todo el proceso. AF lo acusa de haber perdido toda objetividad y de haberse mimetizado con la querella, es decir los abogados de Yañez.
Sobre las acusaciones
El punto clave son las fotos que aparecieron en mensajes que Yañez le envió a una secretaria de Fernández, María Cantero. El expresidente descalifica esa prueba:
*Detalla que la transcripción de los chats entre Fabiola y Cantero ocupa 174 páginas, pero que se habla de las fotos en tres páginas. Fernández sostiene que no tiene explicación ni que antes ni después volvieran a hablar de los supuestos golpes, siendo algo de tanta gravedad.
*El expresidente evalúa que son mensajes y fotos enviados después que se filtrara la foto de aquel cumpleaños de Fabiola, en Olivos, en el medio de la pandemia. Fernández sostiene que Fabiola estaba muy enojada por las acusaciones de la prensa, consideraba que el gobierno no la había defendido y le echaba toda la culpa a AF.
*Fernández enumera los testimonios de dos las mejores amigas de Fabiola, Sofía Pachi y Claudia Silvero, los médicos de la Unidad Presidencial, Federico Saavedra y Leandro Alem, el intendente de la Quinta de Olivos, Daniel Rodríguez, la niñera y la ama de llaves de Olivos, todos los cuales testimoniaron que nunca vieron agresiones físicas y que tampoco Fabiola les dijo que hubieran existido. La expareja de Fernández, cuando se vió un moretón en el párpado, dijo que AF se dio vuelta en la cama y la golpeó sin querer.
*AF afirma que el 19 de junio de 2021, la esteticista Florencia Aguirre ingresó a Olivos con los equipos para aplicar inyecciones y licuar la sangre para hacer el tratamiento de Plasma Rico en Plaquetas. Aguirre lo niega, pero en una causa por falso testimonio y ejercicio ilegal de la medicina, que se instruye en CABA, quedó probado que ella hacía ese tratamiento. Al día siguiente, el 20 de junio, se notó el moretón. Quien se dio cuenta fue AF, porque de entrada Fabiola no lo vio. Hay chats entre Aguirre y Fabiola donde hablan de ese moretón y la esteticista regresa a Olivos por ese motivo: en el diálogo parece tácito -dice Fernández- que ambas sabían que se trataba el efecto de las inyecciones. La niñera y la ama de llaves de Olivos declararon que ellas vieron las agujas.
*Respecto de la marca debajo el brazo, supuestamente producto de un zarandeo, AF señala varios testimonios que indican que Fabiola se golpeada reiteradamente por su adicción al alcohol: en las escaleras, el baño, la pileta, contra las puertas. Hay varios testigos que relatan esos golpes y caídas en estado de ebriedad.
*En todos los casos, AF menciona que nunca se pudieron periciar las fotos originales porque Fabiola no entregó el celular. Los peritos, por lo tanto, no pueden precisar ni las fechas ni la autenticidad. Fabiola incumplió con la entrega y luego mencionó en los medios que le habían robado el aparato.
*Fabiola denunció que AF no la dejaba salir de Olivos. El expresidente menciona que durante el período presidencial, Fabiola viajó 20 veces a Misiones (su provincia) y diez veces a otros puntos del interior, sin que él la acompañara. El intendente de Olivos también ratifica que ella entraba y salía sin restricciones, aunque después de aquellas fotos del cumpleaños, se encerró en la Quinta. Esas fotos -o, mejor dicho, la cena en sí misma- fueron un golpe demoledor para el gobierno de AF y también para Fabiola. Según los testigos, la adicción se hizo más fuerte.
*Finalmente, respecto de la acusación más grave, el daño psicológico por haber inducido a Fabiola a realizarse un aborto en 2016, Fernández negó que haya alentado a la interrupción de aquel embarazo. Señala lo contrario: que hubo un festejo, con su otro hijo, por la llegada de “un hermanito” y que días más tarde, Fabiola tomó la determinación y ni siquiera le avisó. En un informe del centro especializado en adicciones, Ineco, que conduce Facundo Manes, la expareja de AF reconoció que tuvo tres abortos (dos que el expresidente ni conoció), un intento de suicidio (anterior a la relación), una seria adicción al alcohol y “trastorno de bipolaridad”. Todo consta en ese informe agregado a la causa. Por lo tanto, dice AF, no se le puede imputar a él un daño psicológico cuando Fabiola ya arrastraba buena parte de los problemas.
Lo que se viene
Como es obvio, al final del escrito, Alberto Fernández pide su sobreseimiento y adelanta que seguirá adelante con las denuncias por falso testimonio contra Fabiola, su madre, su hermana y la esteticista. Al mismo tiempo va transcurriendo una causa civil en la que, como se sabe, a AF le sacan el 30 por ciento de su pensión como expresidente para el mantenimiento de Francisco, el hijo que tiene con Yañez, y, con intervención de la justicia de CABA se avanzó en un proceso de revinculación con el niño, por vía remota. AF también plantea que el hecho de que el juez no le permita salir del país impide que vea al chico. A lo largo de las 200 páginas, AF transcribe el reclamo económico que -según él- está detrás de la denuncia.