Hace unos días, en un acto oficial, el pequeño presidente Javier Milei realizó declaraciones que humillan a la patria. Habla de reafirmar nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y sus espacios marítimos; de saldar deudas con nuestros héroes. Pero, sobre los huesos de nuestros muertos y de espaldas a nuestros veteranos, reconoce como interlocutor legítimo a una población implantada por las fuerzas invasoras. Que “los malvinenses” tienen derecho a la autodeterminación que es, de hecho, el argumento que sostiene Inglaterra hace décadas.

Desde que asumió, Milei no hace más que hacer de cuenta que defiende la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. En realidad, su gobierno le ha quitado prioridad al asunto, ha defendido “el derecho” del primer ministro inglés de viajar a las islas, ni protesta por el avance inglés sobre zonas de protección marina. El pequeño presidente hace responsable a la Argentina de la violencia que le propina Inglaterra con la ocupación y explotación de sus territorios. Si Inglaterra ocupa las islas, es por culpa de una casta política corrupta y empobrecedora que hace que “los malvinenses” no quieran ser argentinos. Y, tan pronto termina de culpar a la mujer golpeada en lugar del golpeador, hace apurado las valijas para ir, casi de colado, al country donde vive Donald Trump a mendigar por una foto que nunca consiguió.

Por esos mismos días, Benito Antonio Martínez Ocasio, el artista boricua sub-30 también conocido como Bad Bunny, está de visita en Washington DC, capital del imperio. Lo han invitado a presentar su música en la radio nacional. “Son más de 100 años de coloniaje y nosotros mantenemos nuestra cultura. Y ustedes como que no saben a veces dónde queda Puerto Rico”, les dice. Aunque Puerto Rico sea denominado como “estado libre asociado”, no es ni estado ni libre, sino territorio bajo control de EE.UU. Desde el público, una voz emocionada le grita: “¡Viva Puerto Rico libre!”. Y Benito, con un tono cómplice y dulce, replica: “Viva Puerto Rico libre”.

Larga tradición es la de las potencias coloniales de tener islas a lo largo del globo para resguardar sus intereses geopolíticos. Como larga es la historia de personajes genuflexos que se entregan y pueblos dignos que resisten. Por eso digo: ¡Las Malvinas siempre fueron, son y serán argentinas! ¡Viva Puerto Rico libre!