Cinco años después del inicio de un juicio que terminó con un fallo en su contra, Apple sigue realizando prácticas ilegales para proteger su feudo y forzar a Epic, la creadora de Fortnite, a pagar una comisión del 30%.
Eso es lo que concluyó nuevamente la jueza que hace casi cuatro años encontró a Apple culpable de prácticas contra la competencia bajo las leyes californianas. Por entonces, la jueza determinó que la empresa de la manzanita debía permitir a los desarrolladores ofrecer sistemas de pagos propios a los usuarios, por fuera del ecosistema Apple. El fallo fue ratificado en 2023 por la corte del distrito a la que habían apelado ambas empresas.
El caso llegó a la Suprema Corte, que validó nuevamente el primer fallo para habilitar a Epic a cobrar directamente a sus usuarios sin necesidad de pasar por los sistemas de pago de Apple. El pago resultaba exagerado para el argumento de que así se garantizaba la seguridad de los usuarios aunque eso implicara limitar sus opciones.
Pese a todo, en abril último, la jueza de la demanda original llegó a la conclusión de que Apple no había respetado el fallo ya que, si bien permitía a los desarrolladores ofrecer alternativas de pago, seguía exigiéndoles un 27% de comisión. Además, quienes clickeaban en los links de los desarrolladores se encontraban con mensajes disuasorios que les advertían sobre posibles riesgos.
Dos titanes
Epic es la desarrolladora de Fortnite, uno de los juegos más populares del mundo, con unos 74 millones de usuarios mensuales en 2024 y una facturación de más de 1.000 millones de dólares. La empresa es enorme, pero notablemente más pequeña que Apple, valuada en más de 2 billones de dólares y generalmente ubicada en la cúspide de las compañías más grandes del mundo.
Solo en el último trimestre, Apple facturó más de 95.000 millones de dólares que provienen mayormente de la venta de dispositivos, de los cuales unos 26.000 millones son por "servicios" como el que le cobra a Epic y miles de otras aplicaciones por ofrecerse en su App Store. Las ganancias netas de la empresa fueron de casi 30.000 millones en solo tres meses.
Pese a las diferencias de tamaño, en 2020 Epic decidió, contra las políticas de Apple, sugerir que sus usuarios utilizaran un sistema de pago alternativo al que le ofrecían sus IPhones. Además lanzó una publicidad que parodiaba la famosa de 1984 cuando Steve Jobs lanzó la Macintosh desafiando a la, por entonces todopoderosa, IBM. Epic parafraseó el remate de aquella publicidad: "Que 2020 no se transforme en 1984".
El conflicto desencadenó las mencionadas demandas mutuas que ahora volvieron a la jueza original, Yvonne González Rogers, quien concluyó en abril último que Apple solo había simulado respetar su fallo, pero en esencia seguía utilizando las mismas prácticas anticompetitivas que ella le había exigido corregir cuatro años atrás.
Paradójicamente, en Europa Apple está dispuesta desde abril a hacer lo mismo que se negó a cumplir en EE.UU. pese a la exigencia de la justicia. La Ley de Mercados Digitales europea obliga desde marzo de 2024 a las empresas a admitir métodos alternativos para instalar apps, aceptar otros métodos de pago y ser más transparente con los contratos. Gracias a esta normativa, Epic y otras empresas se disponen a volver a los iPhones europeos sin necesidad de pasar por el App Store, algo que también harán muchas otras empresas para quitarse de encima el pie de Apple.
Una jueza enfurecida
En su fallo de abril último, la jueza González Rogers aseguró que "Apple intentó mantener un flujo de ingresos de miles de millones de dólares en desafío directo a la orden judicial de este tribunal" y exigió a Apple que deje de cobrar comisiones sobre compras externas a su ecosistema.
Durante el nuevo juicio se publicaron documentos internos de la empresa que demostraban el debate interno acerca de las comisiones a los desarrolladores: la decisión final de cobrar un 27% fue apoyada por el CEO de Apple, Tim Cook, para no detener un flujo de dinero que llega casi sin esfuerzo. También pidió que se atemorizara a los usuarios que quisieran salir del ecosistema IPhone.
“Apple sabía exactamente lo que estaba haciendo y en cada momento eligió la opción más anticompetitiva”, aseguró la jueza. También acusó a los ejecutivos de Apple de mentir bajo juramento a la corte durante el juicio anterior y pidió a un fiscal californiano que investigue a la empresa por desacato criminal. Apple aseguró que acatará la decisión de momento pero que apelará. En las horas siguientes las acciones de Apple cayeron 1,5%.
Apple protegió su feudo usando barreras económicas: quien quisiera cruzar la muralla y acceder a los clientes debía pagar nada menos que el 30% de comisión sobre lo que se cobraba a los clientes, obligándolos así a reducir su ganancia, cobrar más caro de lo necesario o ambas cosas a la vez. Apple ganaba pero usuarios y competidores perdían. No importó la pésima prensa que este caso implicó, sobre todo entre los millones de jóvenes y niños que juegan Fortnite y probablemente ven a Apple como una empresa que abusa de su poder.
Este tipo de casos responde con precisión a lo que Yanis Varoufakis describe en su libro Tecnofeudalismo. Allí asegura que una nueva clase, a quienes llama "nubelistas", controla los feudos virtuales y obtiene una renta tanto de capitalistas como de trabajadores (o incluso al "precariado" en referencia a los trabajadores de plataformas).
Quienes no quieran dejar parte de sus ganancias o su trabajo en manos de ellos simplemente no podrán acceder a los clientes, como si el mercado mismo estuviera siendo privatizado en manos de unas pocas empresas que cobran un diezmo por ingresar.