El peronismo santafesino está de vuelta. Los resultados electorales de abril y junio lo sacaron de la crisis del 2023, cuando todo era cuesta arriba y el desgaste de las gestiones nacional y provincial, que terminaban dejando atrás el tedio de la pandemia, la inflación y la inseguridad; estaba todavía muy fresco. Ahora son una postal de un pasado que se hace más y más pequeño en el espejo retrovisor por la velocidad creciente de las demandas sociales. La bestial política libertaria que abrió una cuña en la provincia desafiando la hegemonía del frente Unidos, se encargó del resto. Cuando la conversación es de a tres, el PJ huele las chances. La alianza exitosa con la Ciudad Futura de Juan Monteverde, hicieron su aporte de relato añorado con novedosa voz. Un neokirchnerismo inesperado.
El peronismo santafesino vuelve a estar de moda. A tal punto que hasta el exgobernador Omar Perotti se atrevió a mover las fichas después de dos años de ostracismo autoimpuesto tras su salida del poder. En realidad, Perotti no habló todavía pero sí autorizó al secretario de Organización del Partido Justicialista -su exministro de Trabajo Juan Manuel Pusineri- a pedir la unidad partidaria de cara al armado de las candidaturas a diputados nacionales para octubre.
Una vez más, su hombre de confianza, el diputado nacional Roberto Mirabella tendrá que demostrar ganas y posibilidades de éxito en la batalla para contar con el apoyo explícito del cauteloso jefe político. Por ahora, el sector pidió unidad y reglas claras para establecer las candidaturas nacionales. No va a ser fácil.
Los nombres de por sí ya implican una dificultad para el ordenamiento. Hay que imaginarlo a Mirabella detrás de Agustín Rossi o viceversa. El exjefe de Gabinete fue el primero en lanzarse a la contienda y está seguro de tener números favorables en los sondeos previos. Eduardo Toniolli y el Movimiento Evita se expresan en la edición de hoy de Rosario/12 con sus acciones en alza tras los resultados en las urnas de la sociedad con Ciudad Futura de la que ellos fueron protagonistas iniciales.
La recobrada centralidad política de Cristina Fernández de Kirchner y la movilización que generaron su condena y reclusión domiciliaria; también tendrán juego en la construcción de un peronismo competitivo. El verdadero poder detrás del partido en Santa Fe -los senadores provinciales con Armando Traferri a la cabeza– ya debe tener en cuenta nombres y ubicaciones para la lista. Y ahí se recorta la figura de quien ya ocupó una banca nacional: La ex vicegobernadora Alejandra Rodenas que nunca desató su destino político de la gravitación que ejerce el senador del departamento San Lorenzo que fue quien la condujo del poder judicial a la vida política.
El PJ ya tuvo su ensayo sin primarias abiertas en las elecciones de los convencionales constituyentes en junio. Y en esa oportunidad no fueron los ganadores los que compitieron por fuera del sello partidario. El senador nacional Marcelo Lewandowski, obtuvo la menor cantidad de convencionales y Roberto Sukerman no logró acceder a un lugar en el cónclave reformador y tampoco en el Concejo Municipal de Rosario. El perottismo no armó lista propia y puso en esa ocasión un pie en Más para Santa Fe y otro en Activemos aunque con menos fortuna.
El intendente de Funes, Roly Santacroce, cree que primero debe ser diputado nacional para tener chances de que en un futuro se valore su gestión local al punto de ser considerado como candidato a gobernador. Por eso fue el primero que mandó una carta al presidente del PJ, Guillermo Cornaglia, para que explique de qué manera se designarán los candidatos nacionales de Santa Fe con las PASO suspendidas por el gobierno de Javier Milei y el Congreso.
Un escenario de internas cerradas, sólo con el voto de los afiliados, es difícil de organizar y puede derivar en un proceso electoral que se contagie del ausentismo imperante en los comicios generales o se transforme en un remedo de aquellas internas desgarradoras de los ‘80 que condujeron al proceso de la Ley de Lemas, del que tanto provecho sacó el peronismo santafesino de los´90.
Las internas cerradas se desecharon hace poco con motivo de la renovación de las autoridades partidarias en un peronismo formal por el que nadie estaba dispuesto a pelear. El sello fue entregado en mano a los senadores provinciales por una sencilla razón: Eran los únicos con recursos para afrontar las deudas, el alquiler del edificio partidario central en Santa Fe y el salario de los 40 empleados que tiene el partido. Por supuesto, hoy el aparato saneado y en funcionamiento, tiene otro precio.
Los otros no tienen ese problema
A diferencia de lo que pasa en el peronismo, tanto el frente Unidos como La Libertad Avanza prescindirán de cualquier proceso interno y ajustarán las candidaturas en función de los deseos y cálculos de las conducciones políticas que se han impuesto a los socios internos de cada coalición. Sabido es que los libertarios doblegaron al PRO a nivel nacional y que el partido de Mauricio Macri en Santa Fe es socio minoritario del gobernador Maximiliano Pullaro.
El socialismo que busca con dificultad ganar músculo para elevar sus acciones dentro del frente que una vez condujo; está sometido por ahora a Pullaro. Cuenta con la ventaja que el gobernador puede ser generoso en el armado en función de que no se pondrá del todo al frente de la batalla. Ya compitió y perdió votos con los convencionales y los concejales en toda la provincia. Por más que se dedique a contar localidades ganadas para no contar sufragios perdidos.
Con todo, los candidatos nacionales de Unidos deberán encontrar un perfil mucho más definido que el que exhibieron en la campaña para convencionales. La especulación política derivaba de compartir electorado no establece claramente hasta dónde llega el nivel de oposición del oficialismo provincial que un día parece juntar coraje para reclamarle a Milei y al siguiente pone el mismo esfuerzo en despegarse de las votaciones que en el Congreso lidera el peronismo que ocupa claramente la cancha opositora.
Además, en este turno electoral nacional Unidos no podrá usufructuar con los mismos resultados el activo estrella de su gestión: La seguridad y el combate contra la narcocriminalidad. Ese es un patrimonio que, quiera o no, deberá compartir con la ministra Patricia Bullrich que ya ha bajado al territorio en más de una oportunidad con anuncios y procedimientos que excluyeron deliberadamente al gobernador Pullaro.
Esos grises en el discurso son aprovechados por el peronismo que ya empezó a elevar sus críticas. Esta semana. un lapidario informe del Observatorio Social, Económico y Productivo del Instituto Patria que en Santa Fe conduce la exsenadora Marilyn Sacnun; dió cuenta de los números negativos que impone en la provincia la política libertaria pero también destaca la "complicidad" del gobierno provincial en el rumbo que está generando "un cementerio industrial" en el territorio.