Pasados 45 días desde que el Gobierno reconociera públicamente la desaparición del ARA San Juan y luego de que aflorara la interna dentro de la Armada por el alcance de las responsabilidades, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, evitó dar una definición clara al referirse a los 44 tripulantes que zarparon a bordo del submarino. “En algún momento podremos hacer un gran reconocimiento a quienes pueden haber dejado la vida para honrar a la patria”, relativizó Aguad sobre los submarinistas, de los que en su momento dijo "están todos muertos", al despedir a los marineros del rompehielos Almirante Irízar, que luego de diez años vuelve a zarpar hacia la Antártida.

La falta de precisión del ministro siguió la misma línea con que el Gobierno fue brindando la información relativa a la desaparición del ARA San Juan. El eufemismo “incompatibilidad con la vida humana” fue con el que el vocero de la Armada y funcionarios respondieron una y otra vez cuando eran consultados sobre una posible supervivencia de la tripulación. Casi veinte días más tarde, el propio Aguad respondió con un sí cuando le preguntaron si “estaban todos muertos”. Fue la primera, y la única, confirmación oficial.    

“Recordar a los 44 tripulantes del Ara San Juan, a más de un mes de la desaparición del submarino, una tragedia que nos enluta a todos y que ha calado muy hondo no sólo en las autoridades sino en toda la sociedad”, comenzó su escueto mensaje el ministro de Defensa, que aclaró que la tripulación cumplía una “misión táctica”.

Después del breve homenaje, Aguad saludó a la tripulación embarcada en el rompehielos “insignia”, que partirá este mediodía en una misión hacia la Antártida. “A pesar de los diez años de que este barco no encara su proa al sur, a pesar de los lobbys alquiladores de barcos que presagian todo tipo de tragedia hace unos días se inició la campaña Antártida y aquí va la nave insignia”, soltó el ministro que aprovechó la oportunidad para agradecer a los directivos del taller Tandanor por la reparación del barco y finalizó su discurso con un liviano “buen viaje”.