Emmanuel Macron convirtió un tradicional saludo de comienzo de año con la prensa en un escenario para un anuncio de alto impacto:quiere una ley para penar la difusión de falsas noticias durante campañas electorales. El presidente francés quiere proteger a la democracia de información falsa".

La normativa que se presentará en pocas semanas  tendrá vigencia sólo para períodos electorales y apunta a reforzar controles para evitar influencias en los resultados de los comicios. En primer lugar, se podrá poner en la mira a las cadenas controladas por Estados extranjeros. Aunque Macro no lo explicitó en forma abierta, apunta a Rusia, cuya cadena RT fue sospechada de interferir en las elecciones que ganó el actual mandatario. En segundo lugar, la ley obligará a una mayor transparencia a las plataformas on line respecto de sus contenidos, y evitar así la difusión de las llamadas “fake news”. Y en tercer lugar, se agilizará el trámite judicial ante una denuncia de información falsa, que podría permitir a un juez llegar a clausurar la página web que la propague.

Macron dijo ante los periodistas, en el Palacio del Elíseo, que “en nuestra campaña y en la campaña americana hubo sospechas. Por eso las reglas que deseo poner en la ley en el contexto electoral consisten en dar transparencia a la información y poder actuar rápidamente. A mí no me corresponde decidir de dónde vienen, no soy el juez de estos elementos. Solo quiero que nos dotemos de reglas que permitan detectar estas fake news y neutralizarlas en un contexto electoral”.

Además, Macron pretende una nueva ley audiovisual, que se presentará antes que termine el año. Françoise Nyssen, la ministra de Cultura, será la encargada de coordinar la tarea en torno al proyecto.

Tras el anuncio del presidente, la organización Reporteros sin Fronteras aseguró que sentará su posición una vez que el proyecto de ley se haga público, y que  “será vigilante sobre el pleno respeto de las libertades periodísticas en el marco de estas reformas”. Quien se pronunció abiertamente en contra fuer Marine Le Pen, la líder de la ultraderecha, derrotada por Macron en el ballotage de 2017, y a quien Rusia habría tratado de beneficiar.

“Control de la palabra libre en Internet, judicialización suplementaria de la sociedad: ¿es Francia todavía una democracia si amordaza a sus ciudadanos? ¡Muy inquietante!”, afirmó la dirigente del Frente Nacional.

Durante la campaña, Macron sufrió un ciberataque que incluyó el robo y difusión de miles de correos electrónicos internos. Una vez electo presidente, no dudó en definir como “órganos de influencia y de propaganda” a RT y la cadena Sputnik. “Entre la conspiración y el populismo  hay un combate común: sembrar las dudas sobre el sistema democrático”, ha dicho ahora para justificar el proyecto de ley.