La Corte Suprema, con una composición especial, hizo el gesto que buena parte del Gobierno y de los sectores pro-represores reclamaban al dictar un fallo que exige a los tribunales inferiores una justificación minuciosa para mantener en prisión preventiva a los criminales de la última dictadura. Muchos criminales se mantienen en ese estado por la demora que los propios supremos tienen a la hora de revisar sus condenas. Hay preocupación por el efecto del fallo, que podría generar una catarata de reclamos para recuperar la libertad.