Ayer, en el esperado discurso en el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, animó a las empresas a invertir en el país y aseguró que decir “Estados Unidos primero” no excluye la cooperación con otros países. 

El magnate de 71 años vendió ante la élite empresarial un país con una economía floreciente tras haber tenido un “gran año” e incitó a las  grandes compañías presentes a invertir: “Nunca hubo un mejor momento para contratar, construir, invertir y crecer en Estados Unidos. Estados Unidos está abierto otra vez para hacer negocios y volvemos a ser competitivos”.

Los presidentes de Siemens, Total y SAP, entre otros líderes empresariales, alabaron el jueves a Trump por su reciente reforma fiscal y aseguraron que invertirían más en Estados Unidos gracias a esa política. El fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, aseguró también que la rebaja fiscal estadounidense impulsará la economía mundial. 

Sin embargo, el proteccionismo (otra de las patas de la política económica de Trump) fue criticado en los últimos días indirectamente en Davos por varios líderes políticos, como la alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron y el canadiense Justin Trudeau, quienes defendieron el libre comercio y el multilateralismo.

Ante estas críticas, el mandatario aclaró su posición: “Como presidente de Estados Unidos siempre pondré a Estados Unidos primero. Al igual que los líderes de otros países deberían poner a sus países primero. Pero Estados Unidos primero no significa Estados Unidos solo. Cuando Estados Unidos crece, el mundo también. La prosperidad estadounidense ha generado incontables puestos de trabajo en el mundo, y la búsqueda de excelencia, creatividad e innovación en Estados Unidos llevó a importantes descubrimientos para ayudar a la gente en todas partes a vivir vidas más prósperas y sanas”. 

Además, como presidente de Estados Unidos, Trump aseguró que uno de sus principales papeles es actuar como un “cheerleader” (animador) nacional: “Creo que he sido ‘cheerleader’ de nuestro país y todo aquel que represente a un país o a una compañía tiene que serlo, o lo que haga no funcionará”. 

En otro orden de cosas, el empresario no descartó que su país vuelva al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), de donde lo sacó hace un año, en una de las primeras decisiones de su mandato. Estados Unidos podría volver a las conversaciones sobre libre comercio con muchos países, entre ellos también los del TPP, afirmó. “Consideraremos negociar con ellos por separado, o quizá como grupo” si los términos comerciales pueden ser más beneficiosos para Estados Unidos que el pacto planeado originalmente, añadió.

Trump anunció también una línea dura en el control de las reglas para el libre comercio. “No seguiremos mirando para otro lado”, advirtió. “No podemos tener un comercio justo y libre cuando algunos países rompen las reglas”, dijo el mandatario estadounidense. Una de las últimas medidas proteccionistas de Trump fue la imposición, esta misma semana, de aranceles a la importación de lavadoras y paneles solares, que generó malestar en China y Corea del Norte. 

Varias asociaciones empresariales se mostraron escépticas respecto del discurso de Trump y criticaron sus medidas. “Está claro que la Administración Trump no entendió que el tiempo en que una sola potencia económica podía poner de rodillas a otra con ese tipo de medidas ya pasó”, dijo el presidente de la Asociación de Comercio Exterior alemana BGA, Holger Bingmann.

Otro de los puntos fuertes de su discurso fue el anuncio de la derrota territorial sobre el Estado Islámico (EI) y la captura de casi el ciento por ciento de los territorios que estaban en sus manos en Irak y Siria. Estados Unidos lidera, resumió Trump, “una amplia coalición destinada a impedir el control del territorio por los terroristas, bloquearles los fondos y desacreditar su malvada ideología”. Además, advirtió a sus socios: “Para que el mundo sea más seguro frente a regímenes hostiles, terroristas y potencias revisionistas, pedimos a nuestros amigos y aliados que inviertan en su propia defensa y que cumplan con sus obligaciones de financiación. La seguridad común requiere que cada uno contribuya con su justa parte”. 

Como ya es habitual en sus apariciones públicas, el magnate arremetió contra la prensa al responder una pregunta luego de su discurso de apenas 15 minutos: “Hasta que me convertí en político no supe lo repugnante, perversa y falsa que puede llegar a ser la prensa”, dijo provocando abucheos. 

En cuanto al frente interno, legisladores demócratas, organizaciones civiles y los propios “dreamers” rechazaron la reforma migratoria que Donald Trump presentará el lunes al Senado, la cual prevé legalizar la situación de 1,8 millón de jóvenes indocumentados a cambio del muro en la frontera con México y de limitar la inmigración legal. 

“Este plan se burla de lo que cree la mayoría de los estadounidenses”, manifestó el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, que aseguró que Trump utiliza a los jóvenes indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos como “instrumento” para “destrozar” el sistema migratorio legal.