Un superpoder es una cualidad sobrehumana de los superhéroes que otorga a su poseedor la habilidad de realizar cosas que serían imposibles para el común de los seres humanos. Superman podía volar, Flash correr rápido y nuestro Super Hijitus salía de su sombrero-sombreritus volando y con una fuerza admirable. Si bien los superpoderes y superhéroes pertenecen al mundo de la ficción, hay quienes creen de su existencia en el mundo real. Es el caso del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, le atribuye tres superpoderes a la flotación cambiaria:

“Primero, es un amortiguador de shocks externos... Si uno revisa los últimos cinco trimestres, el crecimiento que tuvo Argentina es el de menor volatilidad que registramos en la macro argentina. El segundo... si alguien se preocupa y dice: Uy, el déficit comercial se está haciendo grande. El mercado lo ve, inmediatamente. Si la situación es insostenible y va a generar problemas en el tipo de cambio, el mercado lo anticipa... y hace que los desequilibrios no terminen creciendo más de lo que debieran. Y el tercer punto... es que va a generar el proceso de la desdolarización... el argentino... lo que necesita es un instrumento de ahorro que lo preserve, no algo que fluctúe arriba, abajo, que por ahí si compro en un momento me va bien, pero si compro caro, me va mal”, señaló en una reciente entrevista.

Los superpoderes atribuidos al tipo de cambio flotante no parecen ser demasiado potentes. “La menor volatilidad de la macro argentina” de los últimos 5 trimestres sólo demuestra que no miraron ni la serie del PBI que publicó el Indec de Todesca. La economía pasó de una caída interanual en el último trimestre de 2016, a una lenta recuperación en los tres trimestres posteriores con una posible desaceleración de la expansión en el todavía no publicado último trimestre de 2017. Un repunte más bien parecido al de 2013 y 2015, con poco mérito si se lo compara con los 23 trimestres de crecimiento a tasas chinas del período 2003-2008, o los 10 trimestres de crecimiento acelerado entre finales de 2009 y comienzos de 2012. 

Los poderes del tipo de cambio para corregir los desequilibrios externos tampoco tienen fundamento. El propio periodista le cuestiona que el desequilibrio comercial está creciendo a niveles records y el funcionario lo atribuye al despegue de la inversión (sólo lleva 3 trimestres de crecimiento luego de caer todo 2016) y “parte natural de un proceso de anticipación, de un proceso de crecimiento económico”. Es decir, las importaciones no crecieron por la apertura y cierta reactivación de la inversión ligada a la obra pública, sino porque los empresarios están invirtiendo mucho anticipándose a un hipotético crecimiento futuro. Eso sí que es ciencia ficción, y de la buena. 

Por último, el sube y baja del dólar se produce con una tendencia a la depreciación (Macri asumió con un dólar debajo de los 10 pesos y ya araña los 20) en un contexto inflacionario, donde lejos de favorecer la pesificación de la economía, le agrega incertidumbre y, por ende, incentiva su dolarización.

@AndresAsiain