• Cuando River tuvo la pelota en el primer tiempo, no generó peligro y sólo pudo llegar a Andrada a través de errores ajenos. Lanús, en cambio, la tuvo poco y fue efectivo. Después del gol, se agrandó.
  • Acosta mostró toda su jerarquía cuando le llegó la pelota. Con criterio y velocidad complicó a Montiel por la banda derecha y fue un foco de preocupación constante para la defensa millonaria.
  • Cómodo con el resultado, Lanús mostró su mejor faceta en ventaja. Todo lo contrario para los de Gallardo que, tras el gol, cayeron en un pozo del cual nunca pudieron escapar.