Maldición, lo hizo de nuevo
Después de un periodo de caos y fobia derivado de la publicación de su novela sobre el islamismo en simultáneo con la masacre de Charlie Hebdo, Michel Houellebecq volvió a someter al público francés –y ahora extiende sus dominios a los países de habla hispana– a la fascinación hipnótica con una suerte de regreso a sus orígenes satíricos. En Serotonina, un personaje que se le parece mucho asume su voz desencantada y arremete con todo, y otra vez, proféticamente, imagina una revuelta campesina justo cuando los chalecos amarillos se lanzaban a las calles.