CIENCIA › CAYó UNA DE LAS TORRES DE LA FIGURA MáS FAMOSA DEL VALLE DE LA LUNA

La furia del Zonda no perdona

El viento tiró abajo una de las “chimeneas” de “El submarino”, la imagen más emblemática del Parque Ischigualasto, en San Juan. El lugar es visitado por cientos de miles de turistas de todo el mundo cada año y fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

El Parque Provincial Ischigualasto, conocido popularmente como Valle de la Luna y declarado Patrimonio de la Humanidad, en San Juan, perdió su mayor símbolo: la emblemática figura de “El submarino”, que quedó definitivamente deteriorada el sábado pasado, cuando por el fuerte viento Zonda que sopló en la zona se le derrumbó una de sus dos torres.

Con la pérdida de la segunda de las “chimeneas”, como se llama a las partes más elevadas de la formación, la figura mundialmente conocida quedó sin su forma original. Ahora planean recrear a un costado, artificialmente, la figura para explicarles a los turistas cómo era y que la comparen con lo que quedó.

“Se trata de una gran pérdida para el Valle de la Luna”, dijo el ministro de Turismo sanjuanino, Dante Elizondo, quien manifestó su “enorme tristeza porque no podemos hacer nada, ya que se produjo por un fenómeno natural. Los expertos nos habían anunciado que era inexorable y que no se puede reconstruir”.

En ese lugar, que es visitado por cientos de miles de turistas de todo el mundo cada año, las formaciones rocosas se fueron formando a través de varios milenios por la acción de los vientos, el calor y las lluvias.

“El submarino” formaba parte de las estaciones del parque, junto a la “Cancha de bochas”, el “Valle pintado”, “La efigie” y “El hongo”. No es la primera que se derrumba desde que Ischigualasto es una atracción turística: antes se cayeron “El loro” y “La lámpara de Aladino”, hace unos 35 años.

La novedad del daño a “El submarino” fue informada por el titular del Ente Autárquico Ischigualasto, Silvio Atencio, quien dijo que “el sábado el parque debió ser cerrado y las caravanas que lo estaban recorriendo, retiradas del circuito, debido al fuerte viento Zonda que llegó”, y que se calcula que fue el motivo del derrumbe de la mítica figura rocosa. Atencio dijo que “afortunadamente no había gente cuando se cayó” y no pudo precisar el momento del derrumbe, porque “los guardaparques recién notaron la novedad al otro día, ya que el sábado nadie pudo ingresar por el viento”.

Al respecto, el paleontólogo Ricardo Martínez aclaró que “el proceso de erosión es inexorable e imparable. Nada es imperecedero y en esto reside la belleza del parque, en que no es permanente”. Explicó que “la acción del calor, el viento y el agua es natural y va desgastando las rocas, modificando todo y dejando en evidencia la riqueza fosilística de Ischigualasto”.

Al respecto, las autoridades del parque indicaron que “sabíamos que iba a suceder porque los científicos del Museo de Ciencias Naturales nos habían anticipado que era inexorable la caída, así como sucedió con ‘El loro’ y ‘La lámpara de Aladino’, por el nivel de erosión”.

El ministro Elizondo indicó, además, que la figura “no se reconstruirá porque el criterio científico en estos sitios de patrimonios arqueológicos es que la naturaleza actúe como ha actuado en millones de años, y lo que se cayó se cayó”. De todos modos adelantó que “creo que deberíamos hacer algo cerca de ‘El submarino’, o a un costado, o al ingreso, como para mostrar al turista lo que fue y lo que se va a encontrar en el Parque Ischigualasto”, concluyó.

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El antes y el después de la figura más emblemática del Parque Provincial Ischigualasto, en la provincia de San Juan.
 
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