CULTURA

Derrida: la diferencia

Por Edgardo Castro *

Hasta los ‘80, Jacques Derrida fue sinónimo de deconstrucción: des-hacerse del logocentrismo occidental y de las oposiciones conceptuales de la metafísica (espíritu/materia, inteligible/sensible, verdad/error). En esta tarea, mostró la irreductibilidad de la escritura al pensamiento y a la voz. Esta irreductibilidad es la que saca a la luz con su noción de diferencia (différance). Desde entonces, se dirigió hacia los temas éticos y políticos. También aquí mostró la mutua pertenencia de los conceptos políticos contrapuestos (amigo/enemigo, hospitalidad/ hostilidad, promesa/amenaza) y el trabajo de la diferencia: el advenimiento de un “otro” que nos visita sin previo aviso y que excede toda relación de diálogo. La política a venir debe abrirse a ese otro noinvitado (emigrado, exiliado, extranjero), sin anticiparlo ni identificarlo. Para ella, encontró un nombre: altermundismo, una transformación del concepto y de las prácticas de la soberanía y del derecho.
Filósofo.

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