DEPORTES › EL áRBITRO DE NEWELL’S-CENTRAL EXPLICó POR QUé NO SUSPENDIó EL CLáSICO

“Había que enfriar el partido”

Diego Abal coincidió en que tirar “un cuchillo es algo anormal” en un partido de fútbol, pero que “no hay órdenes” para determinar la suspensión, aun en casos como el del domingo. “Ya nos acostumbramos a lo malo”, afirmó el árbitro.

Iban 41 minutos del clásico rosarino, que estaba igualado en dos tantos, cuando desde la tribuna visitante del estadio de Newell’s, ocupada por hinchas de Central, salió disparado un cuchillo contra el arco que defendía el arquero local, Sebastián Peratta. El arma blanca no hirió al jugador, pero fue advertida por el árbitro del encuentro, Diego Abal, quien recogió el cuchillo, lo entregó a uno de sus asistentes y advirtió a los hinchas que suspendería el encuentro si se repetían las agresiones. La presunción general fue que Abal debió suspender el partido en ese momento; ayer, el árbitro explicó sus razones para continuar haciendo jugar el clásico que terminó en un empate.

“En el momento sabés que estás dirigiendo un partido caliente y tratás de que siga de la manera más normal posible –dijo ayer Abal–. Claro que un cuchillo en la cancha es algo anormal, pero si yo decidía suspender todo, quizá después se resaltaba que el árbitro había querido ser la figura del partido”, se defendió el referí.

Sin embargo, a continuación admitió: “Coincidimos con el comisario en que había que enfriar la situación tras los incidentes previos al partido, por eso les impedimos a los bomberos que tiraran agua a quienes se trepaban al alambrado. Pero lo del cuchillo fue demasiado, un síntoma de demencia. Pareciera que estamos esperando que los violentos tengan puntería”.

Se habían registrado incidentes entre la policía rosarina y la hinchada de Central antes del encuentro, y luego el inicio estuvo demorado porque los hinchas visitantes se habían trepado a los alambrados.

Abal afirmó que “no hay órdenes al respecto”, pero que su razonamiento fue “agotar las instancias para que continuase el espectáculo”. Y agregó: “A veces, estas situaciones te sorprenden, pero en líneas generales ya nos acostumbramos a lo malo”.

Refiriéndose al preciso instante en el que se encontró el cuchillo, recordó que “un jugador de Central increpaba a Peratta diciéndole que dejase de hacer teatro” mientras le alcanzaba el objeto contundente. “Lo que pasó después es una cuestión opinable, ya que el mismo Peratta me dijo: ‘Diego, seguilo’”, concluyó. Antes del cuchillo, al arquero le habían arrojado un par de anteojos y un teléfono celular. Los incidentes fueron incluidos en el informe del árbitro y Central podría recibir entonces una sanción.

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Sebastián Peratta, el árbitro Diego Abal y el cuchillo.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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