El record de 12 abandonos en la primera ronda del US Open reavivó un debate ético en el mundo del tenis por los jugadores que deciden salir a la cancha con lesiones preexistentes. Jugar la primera ronda de un torneo de Grand Slam asegura a cada uno de los 128 jugadores del cuadro principal un cheque de 39.000 dólares. Una cifra que algunos tenistas no quieren (o pueden) dejar pasar, aún cuando no estén en condiciones físicas de competir. Hay casos como el de la rusa Vitalia Diatchenko (foto), que por jugar en el Arthur Ashe ante Serena Williams quedó mucho más expuesta. Diatchenko, 86° del ranking WTA, se retiró por una lesión en el pie después de perder ocho games seguidos y ganar apenas cinco puntos ante la campeona de 21 Grand Slams.

Entre los jugadores se debaten entre la ética con el espectador del torneo y la justificación de que cada uno se ganó su lugar en el cuadro. “Supongo que si pasas un día enfermo en tu trabajo sigues siendo compensado, así que no sé”, comparó la menor de las Williams. Diatchenko sumó casi el 80 por ciento de sus ganancias este año en los torneos de Grand Slam. “Cuando un jugador está lesionado no debería salir a la pista, porque hay mucha gente que paga una entrada por ver un espectáculo y lo que se encuentra es una persona que no puede ni moverse, es una vergüenza para el deporte”, dijo en cambio el español Feliciano López, que ha jugado cada Grand Slam desde Roland Garros 2002.

En los últimos ocho años, los premios económicos para la primera rueda de un Grand Slam se han incrementado en un 57 por ciento. Eso provocó una valuación mayor de cada uno de los 128 espacios en los cuadros de los cuatro grandes. “Financieramente jugar un año de Grand Slams te cambia el año”, aseguró el canadiense Frank Dancevic, que esta temporada disputó la clasificación del Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon.

Los 16 perdedores de la última rueda de la “qualy” van a un sorteo, donde son ordenados en prioridad para reemplazar eventualemnte a jugadores que ocupan un lugar en el cuadro principal y no pueden salir a la cancha.

El español Pablo Andújar, uno de los que se retiró tras jugar cuatro sets en su primera rueda, comentó que se infiltró cortisona en su codo derecho antes de llegar al US Open para intentar jugar sin dolor en el torneo.

“En el cuarto set hice un saque y me empezó a doler, mucho más de lo que venía teniendo y al final decidí parar porque no tenía sentido jugar con dolor”, dijo el 49º del ranking, que sólo se ha perdido un Grand Slam desde el Abierto de Australia de 2011.

“Creo que en algunos casos pasa, pero la mayoría de las veces los retiros son por algún accidente o las condiciones de calor y humedad”, comentó el español Rafael Nadal. “Para la mayoría de los tenistas este es su salario, es su vida y la carrera no dura 30 años. Muchos jugadores hacen lo que pueden para sobrevivir. La verdad es que en el mundo del tenis los de arriba hacen dinero, los otros no”, justificó el español, que ha cosechado más de 73 millones de dólares en premios. “Para esta gente estos 39.000 dólares significa cubrir sus gastos, muchos son jugadores que todas las semanas pierden plata en los challengers. Ellos son gente normal, que se tiene que ganar la vida con eso. Si lo hiciéramos Federer, Djokovic, Berdych o yo sí me daría pena”, completó Nadal.

En los vestuarios, los tenistas discuten estas situaciones y piensan que falta una regla, o al menos una opción. “Tal vez necesitamos una regla que ponga un lugar que si una persona sale del cuadro recibe una compensación”, dijo el estadounidense John Isner. “Vamos a hacer una presentación en Shanghai o en París Bercy ante el directorio de la ATP para que tomen una decisión sobre el tema”, dijo a la agencia DPA el doblista brasileño Andre Sa, que es además miembro del Consejo de Jugadores de la ATP. “De lo que estamos hablando en el Consejo es de dividir el premio de dinero y, si hay un jugador que ve que no está en condiciones, estamos pensando de pedir que pueda quedarse –y no está definido– el 75 por ciento del premio y el lucky loser entra por el 25 por ciento y, si gana la primera rueda, después sí suma la bolsa”, explicó Sa.