DEPORTES › FUTBOL > INDEPENDIENTE DERROTó 3-2 A RIVER EN MAR DEL PLATA

Fue una noche con el Diablo

Para los de Pellegrino fue su segundo y último partido en la Copa de Oro, luego del empate con San Lorenzo; en cambio, para los de Gallardo se trató del debut en el torneo de verano y la antesala del Superclásico del próximo sábado.

Independiente, que venía de empatar 1-1 con San Lorenzo, terminó anoche su participación en la Copa de Oro de Mar del Plata con un triunfo por 3-2 sobre River, que mezcló titulares y suplentes para el que fue su debut en los torneos de verano. Los de Núñez volverán a jugar el sábado frente a Boca –por la Copa Luis Nofal– y volverán a hacerlo el próximo martes ante San Lorenzo para cerrar el triangular.

Pasaron 20 minutos sin pena ni gloria, con dos equipos que no terminaban de estudiarse y que repetían imprecisiones en todos los sectores de la cancha, hasta que River, luego de una leve mejoría, encontró el gol en una jugada de pelota parada, a un costado del arco del Ruso Rodríguez. Ejecutó el Pity Martínez, peinó Driussi sobre el primer palo, la tocó sin querer para atrás Tagliafico y descolocó a su propio arquero que, a los manotazos, vio como Balanta terminaba de asegurar la pelota cuando esta ya estaba ingresando en el arco.

El gol le vino bien al partido, para quitarles la modorra a los jugadores y a los hinchas que en buena medida colmaron el estadio mundialista de Mar del Plata. Entonces reaccionó Independiente y volvió a la carga, a presionar la salida, como lo había insinuado en los primeros minutos del encuentro. Así llegó la igualdad, a los 30 minutos, cuando Aquino, habilitado por Méndez, se ubicó en el vértice del área y sacó un tremendo derechazo que no encontró respuesta en el arquero Batalla.

River se mostraba un poco más ambicioso, con sus marcadores centrales adelantados ante un equipo de Pellegrino que elegía esperar oportunidades de contragolpe. Pero si bien esas eran sus intenciones, en el juego le faltaba unión entre las líneas y cuidar un poco más la pelota en la zona de volantes, donde los dirigidos por Gallardo cortaban para salir jugando con buena sociedad entre Lucho González y Domingo.

Sin cambios en el entretiempo, River salió a jugar la segunda parte con más determinación que Independiente y volvió a ejercer esa presión alta característica de los equipos del Muñeco. Alario tuvo en ese buen arranque su primera chance clara de gol con un cabezazo que Rodríguez logró controlar sin mayor esfuerzo. Al Rojo, en cambio, le costaba todo un poco más y si generaba algún desborde eran corridas en solitario de Benítez, que intentaba conectar con centros desde la izquierda con Lucero, el único hombre de punta que presentó la formación de Pellegrino.

River no terminaba de encontrarle la vuelta al planteo defensivo del Rojo, donde se destacaba Cuesta. Y el Rojo mejoraba lentamente. El ingreso del Cebolla Rodríguez, que se paró como para jugar de media punta, le otorgó un plus a la ofensiva del Rojo. No pasó mucho tiempo hasta que Benítez le ganó la posición al ingresado Mercado, tocó para el Cebolla que a pura potencia avanzó unos metros y sacó un centro justo para que Aquino, aparecido a espaldas de los centrales pusiera el 2-1. Sobre el final, de cabeza, Cuesta puso el 3-1, que no fue final porque a los 90, cuando el Rojo saboreaba la victoria, Pisculichi consiguió el descuento.

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Aquino festeja el primero de sus dos goles.
 
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