Mientras el plantel de Huracán entrena a puertas cerradas en un hotel de Open Door, buscando algo de tranquilidad y la puesta a punto en materia física, futbolística y mental como para retomar la competencia tanto en el torneo local como en la Copa Libertadores, su dirigencia se mueve en varios planos.

Por un lado, el presidente de la entidad de Parque Patricios, Alejandro Nadur, realiza gestiones ante la Asociación del Fútbol Argentino para que el club quede habilitado para sumar dos refuerzos, debido a la baja de algunos jugadores por las lesiones sufridas en el accidente que se produjo en Venezuela, entre ellos Patricio Toranzo y Diego Mendoza. También solicitó y consiguió en la AFA la postergación del partido que el próximo sábado el Globo debería jugar frente a Argentinos. No obstante, Nadur aceptó que a Huracán le va a resultar muy difícil ponerse al día con tantos compromisos postergados, dado que también interviene en la Libertadores.

Al pedido de postergación del enfrentamiento contra el Bicho de La Paternal también se había sumado Federico Mancinelli. “Sería importante suspender el partido del sábado. Ahora, después de los primeros entrenamientos, empezaron a aparecer dolores. Tenemos el caso de (Lucas) Villarruel, que parecía que sólo era un corte en la rodilla y ahora le duele, o lo de (Martín) Nervo. Hay golpes y dolores que aparecen ahora que nos vamos relajando”, contó el defensor. “Nos gustaría no jugar el sábado y después ya sí arrancar con todo lo que viene”, completó, antes de darse a conocer la noticia de la postergación del partido. Dada esta suspensión, el Globo volverá a jugar por el torneo de Primera División en el último fin de semana de febrero, por la quinta fecha, ni más ni menos que el clásico frente a San Lorenzo, a desarrollarse en el Tomás Ducó.

También ayer se conoció el testimonio del chofer del ómnibus en el que se accidentó el plantel en Venezuela. “Tomé la medida correcta. Si no metía el bus en la rampa nos moríamos todos”, aseguró Malvin Hernández. “Era eso o íbamos para un barranco de más 400 metros”, amplió en TyCSports.

El conductor, que estuvo detenido hasta el lunes, contó que se rompió una manguera y el micro se quedó sin frenos. “Gracias a Dios mi preparación no falló y tomé la medida correcta para proteger al cliente, que era lo más importante”, remarcó.