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Cuando el árbitro suizo Urs Meier señale el comienzo de la semifinal entre Alemania y Corea del Sur, sobre su espalda no sólo estará la responsabilidad de impartir justicia sino también la de demostrar la honradez del estamento arbitral. Con Meier, la FIFA eligió un árbitro de larga experiencia internacional y reputada fama. “Quiero arbitrar sin llamar la atención, hacerme sentir desde un segundo plano, pero estando siempre presente cuando pase algo”, declaró el suizo de 43 años. Y con seguridad y confianza en sí mismo, añadió: “Tengo la firme esperanza de que podré mostrar mi nivel y mantener el juego en cauces ordenados”.
Tras algunas más que controvertidas decisiones de sus colegas, que han convertido el Mundial en un hervidero de conspiraciones y rumores sobre favores a Corea del Sur, Meier debe salvar la reputación de sus colegas.
Pero no por eso se siente intranquilo. “Todo árbitro de categoría está sometido a una cierta presión. Sé de lo que soy capaz, intentaré mantenerme suelto, relajado y no tensionarme.” Al mismo tiempo defendió a los demás árbitros del reproche de parcialidad: “Nadie se equivoca a propósito”, dijo.
El técnico alemán Rudi Voeller puede confiar por lo menos en que un terceto ya probado dirigirá el duelo contra el anfitrión del Mundial. Con el checo Amler y el francés Arnault, al políglota Meier se le asignaron dos rostros conocidos como jueces de línea. Los tres fueron juntos a comer ayer y para mañana tienen prevista una reunión de 45 minutos antes del partido. Meier renunció a un estudio de video de ambos equipos. “El fútbol alemán se ve muy a menudo en Suiza y ya he arbitrado partidos de Corea del Sur”, comentó.
Meier dirigió hasta ahora sólo un partido en la Copa del Mundo. Fue el 1-1 del anfitrión contra Estados Unidos en la ronda previa. Para los equipos alemanes, el dueño de un comercio de electrodomésticos en Aargau no fue nunca amuleto de suerte. Hace tres años, la selección alemana perdió en Bremen contra Escocia por 1-0. Y en la reciente derrota por 2-1 del Bayer Leverkusen contra el Real Madrid en la final de la Liga de Campeones, Meier también fue el árbitro. Debido a las limitaciones de su talento como futbolista, Meier se hizo árbitro a los 18 años. En 1998, en Francia, recibió el bautismo de fuego mundialista y el duelo de mañana será su última actuación en un Mundial.
Al término del campeonato de la Eurocopa 2004 en Portugal pondrá fin a su carrera, pues en el Mundial 2006 en Alemania ya no podría actuar por motivos de edad.