DEPORTES › ARGENTINA SE IMPUSO 79-62 A NUEVA ZELANDA Y SE CLASIFICO PARA LOS CUARTOS DE FINAL

Abolló el aro, pero igual ganó fácil

Pese a que el campeón olímpico anotó sólo uno de 18 triples, igual pudo triunfar, con una gran tarea de Ginóbili y de Oberto.

Falló diecisiete triples consecutivos y anotó el único del juego cuando restaban sólo cuatro minutos; Andrés Nocioni recién marcó su primer doble cuando promediaba el tercer cuarto y terminó el encuentro con sólo dos puntos; Juan Ignacio Sánchez no pudo manejar los ritmos como en los partidos anteriores; el juego de conjunto fue el más pobre del torneo. Sin embargo, pese a todos esos condicionantes, la Selección Argentina se impuso por 79-62 a Nueva Zelanda y se clasificó para los cuartos de final del Mundial, donde se medirá el martes a las 4.30 ante el vencedor de Turquía y Eslovenia. Emanuel Ginóbili fue la gran figura del partido, con 28 puntos, bien secundado por Oberto, que terminó con 23.

Tal como se preveía, Nueva Zelanda apostó por la marcación zonal para sostener la ofensiva argentina. Y parecía que la intención de los oceánicos iba a ser fácilmente contrarrestada por los campeones olímpicos gracias a la inteligencia de Oberto, que se ubicaba en el corazón de la defensa y lastimaba con lanzamientos cortos, tiros libres y rebotes ofensivos. Con once puntos del cordobés, Argentina se colocó 19-11 y daba la sensación de que podía liquidar de manera sencilla el encuentro.

Pero lo que en principio parecía una apuesta arriesgada de Nueva Zelanda, terminó dándole grandes beneficios. Es que una vez que corrigió la marcación sobre Oberto, la zona de los oceánicos empezó a rendir sus frutos, ya que Argentina no encontró los lanzamientos externos. Por más que probó con todos sus tiradores, el aro se le cerró de manera increíble, para terminar fallando los once intentos realizados en la primera mitad.

Como Argentina no lastimaba con los triples, Nueva Zelanda se cerró cada vez más cerca de su canasto y consiguió molestar la ofensiva del conjunto de Hernández. Entonces, el juego fluido habitual ya no surgía de manera natural y costaba anotar. Sólo la buena defensa permitía que Nueva Zelanda no terminara de acercarse. Por eso, pese al flojo pasaje ofensivo, el campeón olímpico nunca dejó de liderar el marcador. Y como apareció Ginóbili, Argentina se llevó el parcial por 8 puntos. También influyó que la efectividad de Nueva Zelanda tampoco era muy buena.

A esa altura, estaba claro que la búsqueda de los tiros externos no iba a dar resultados. De esa forma, el ataque argentino se basó en las penetraciones de Ginóbili y los tiros cortos de Oberto. Con la dupla de San Antonio, Argentina tomó una ventaja tranquilizadora de quince puntos, que le permitió manejar con más serenidad el trámite para el último cuarto. Y allí el dúo respondió otra vez con acierto, para cerrar una victoria tranquila, más allá de la increíble ineficacia en triples.

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La defensa, muy importante.
 
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