DEPORTES › EL CHUBUTENSE EXPONE EN FRANCIA SU TITULO MUNDIAL MOSCA DE LA OMB

Narváez quiere cantar la décima

Con nueve defensas exitosas, pero lejos de su mejor momento, el argentino se enfrenta a las 16.55 con el francés Brahim Asloum.

 Por Daniel Guiñazú

Omar Narváez encarará esta tarde la décima defensa de su título mosca de la OMB. En el Salón Le Ballestre de Le Cannet, un pueblito en las afueras de Cannes, en la idílica Costa Azul francesa, el invicto campeón chubutense habrá de enfrentar al local Brahim Asloum en combate a 12 asaltos que TyC Sports pondrá en el aire en directo desde las 16.55. El árbitro será el portorriqueño Roberto Ramírez y los jurados, Rocky Young, de EE.UU.; Víctor Salomón, de México, y Noel Monnet, de Francia.

No llega Narváez a esta pelea en el mejor momento de su carrera de 25 peleas, con 23 triunfos, 15 por la vía rápida y 2 empates. Sus dos defensas del año pasado, más allá de sus claras victorias ante el filipino Rexon Flores, en Córdoba, y el colombiano Walberto Ramos, en el Luna Park, distaron de ser convincentes. En esas noches, se lo vio estancado, discontinuo, amarrete, sin rapidez de piernas y brazos, haciendo lo mínimo indispensable para cumplir y punto. Contra Ramos sufrió la fractura del quinto metatarsiano de su mano izquierda y eso condicionó su labor. Pero es cierto que la mejor versión del campeón que lleva más de cinco años de reinado estuvo lejos. Su vida debajo de los cuadriláteros tampoco ha sido alentadora. Narváez parece más interesado en correr picadas en moto por las rutas cordobesas que seguir dedicándose a los rigores del pugilismo. Es más: quienes lo han frecuentado en los últimos tiempos lo han visto saturado, desinteresado, como queriendo irse del boxeo. Y esa actitud mental puede llegar a ser clave en los momentos decisivos de la pelea.

Tampoco estará hoy Carlos Tello en el rincón del campeón. El entrenador cordobés se alejó, dicen que en buenos términos, de la dirección técnica, y Marcelo Gutiérrez, medio hermano de Narváez, asumió la responsabilidad. Gutiérrez nunca dirigió a nivel internacional y su experiencia se reduce a conducir boxeadores de tercer orden en peleas pueblerinas en el interior de Córdoba. Narváez declaró que es grande y que sabe lo que tiene que hacer sobre un ring. Pero lo inexperto de su rincón suma un motivo de preocupación a la hora de la previa.

Asloum, a los 28 años, no es ninguna luminaria. Es uno de los predilectos de los hermanos Louis y Michel Acaries, los promotores de la pelea, y su record de 21 triunfos, 8 antes del límite, y una derrota, ha sido logrado mayormente ante rivales de ocasión, cuidadosamente escogidos. Fue campeón europeo de los moscas y en 2005 ya tuvo una oportunidad por el título de la AMB, que significó su único traspié ante el venezolano Lorenzo Parra. Talento no le sobra, apenas fortaleza. Si Narváez estuviera fresco, al ciento por ciento de sus potencialidades técnicas, físicas y mentales, no debería tener problemas en retener la corona. Pero su mano izquierda viene de dos fracturas, su rincón es una incógnita y su cabeza parece en otra cosa. Habrá que ver cómo responde cuando le saquen el banquito.

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La ceremonia del pesaje en Francia, donde Narváez buscará igualar el record de Pascual Pérez.
 
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