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Eliminado de la Libertadores, si Racing aspiraba a posicionarse para disputar alguna otra copa internacional, este resultado pareció marginarlo de esa puja. Después de un primer tiempo casi sin emociones, en el segundo llegaron los goles y la desesperación racinguista. Una indecisión entre Campagnuolo, Ubeda y Bastía fue aprovechada por Cristian Castillo para poner en ventaja a la visita. Seis minutos más tarde, un contrataque de Olimpo terminó en habilitación perfecta de Carrario a Castillo, quien en un solo movimiento eludió simultáneamente a Amarilla y Ubeda y definió contra la red. Racing quedó desconcertado, perdió la brújula y se mostró incapaz de dar vuelta el resultado. Sólo en los diez minutos finales, en que se arrimó tres veces al descuento, la gente le devolvió el aliento como para atenuar la dura derrota.