DEPORTES › TAMBIEN LO HICIERON MICHAEL SCHUMACHER Y NIKI LAUDA

Manía de pagar para correr

Por P. V.

Pagar para correr en Fórmula 1 sigue sonando a aberración en los oídos del purista de los fierros. Todavía el aficionado argentino discrimina entre los pilotos “que llegaron pagando” a la Fórmula 1 y los que “no tuvieron que poner un peso para correr”. Y el caso de López, en el que tan abiertamente se habla de dinero, parece ser uno más para la polémica.
Pero la historia de la F-1 desborda de casos más trascendentes en el que el dinero cambió de manos a cambio de un volante. Sin recurrir al archivo en busca de ejemplos ignotos, Michael Schumacher –seis veces campeón mundial– no habría llegado a la F-1 si Mercedes Benz no financiaba un ensayo previo y su carrera debut, el Grand Prix de Bélgica de 1991, con 150 y 250 mil dólares, respectivamente.
Otro gran campeón, Niki Lauda, llegó a la máxima categoría de una manera similar pero más curiosa. Heredero de una familia acaudalada, consiguió en 1972 un trato por 100 mil dólares con un banco vienés. Pero su abuelo, que era la garantía, se negó afirmar aduciendo que “un Lauda debería aparecer en las páginas económicas, no en las deportivas”. El piloto cerró trato con un banco rival, que le prestó ese dinero. Tres años más tarde era campeón mundial.
López perdió la última oportunidad de correr en Fórmula 1 en 2004 cuando Zsolt Baumgartner, otro piloto perteneciente a una familia adinerada, pero en este caso húngara, fue elegido por Minardi como la opción más interesante. Es que Baumgartner aportará 10 millones de dólares para correr, cuatro de los cuales serán aportados por el fisco de su país. Y no puede ignorarse la presencia cercana, en las negociaciones, de Bernie Ecclestone, el mandamás de la F-1, que es un accionista minoritario de Minardi y que a través de testaferros organiza el Grand Prix de Hungría, en Budapest...
Por supuesto, Baumgartner no es el único que pagará para correr en la F1 del 2004. La última butaca que queda disponible, la segunda del equipo Jordan, está valuada en seis millones de euros.
El austríaco Christian Klien manejará para la Jaguar luego de que una empresa de su país, la Red Bull, apoyara la contratación mediante 7 millones de euros de apoyo publicitario. “Contratamos a Christian por su habilidad, la sponsorización es un bonus”, dijo recientemente el jefe de la escuadra inglesa, David Pitchforth. La realidad es la inversa. El dinero es lo que importa, y si el piloto es hábil, mucho mejor.
Es que el drenaje está institucionalizado. Desde la próxima temporada, los últimos seis equipos del torneo de este año de F-1 (Minardi, Jordan, Toyota, Jaguar, Sauber y BAR) podrán probar los días viernes de cada Grand Prix usando un tercer piloto, pero no uno cualquiera: debe ser, obligatoriamente, un corredor que no haya competido en las dos temporadas anteriores. Eso le abre el camino a muchos novatos que, por supuesto, deberán pagar para manejar un coche de F-1. Minardi cotiza esa butaca adicional –dos horas por viernes, 16 veces al año– en tres millones de dólares. “No está previsto que juntemos dinero para que Pechito haga eso”, cuentan en el entorno del cordobés.

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