Los asesores del Departamento del Tesoro estadounidense estudian la posibilidad de situar a las automotrices General Motors y Chrysler bajo la protección de la ley de quiebras. Por su parte, la aseguradora American International Group mantiene actualmente contactos con Wa-shington para obtener fondos adicionales a los 150.000 millones de dólares que recibió el año pasado. En Francia, el Estado inyectará “entre 2500 y 5000 millones de euros” bajo la forma de préstamos subordinados al nuevo grupo Caisse d’Epargne-Banque Populaire, cuya fusión sería aprobada esta semana.

Luego de fallidos intentos por equilibrarlas, la administración Obama no descarta la “opción de un recurso al capítulo 11 de la ley de quiebras”, que le permite a una empresa en dificultades reestructurarse al abrigo de sus acreedores. “Necesita ser seriamente considerada”, según informó a The Wall Street Journal una directivo que trabaja en el caso.

La publicación asegura que el Tesoro inició las negociaciones con varias instituciones financieras, entre las que se cuentan el Citigroup y el JP Morgan, para obtener facilidades de crédito, pero los bancos se muestran reticentes. La suma necesaria podría superar los 40.000 millones de dólares, un préstamo jamás acordado en los Estados Unidos a una empresa en quiebra.

La aseguradora AIG pretende obtener una nueva inyección de liquidez de parte del Estado. El nuevo monto, que aún no fue dado a conocer, garantizaría el funcionamiento del antiguo líder mundial del sector de los seguros. El capital iría a compensar el rojo en los resultados anuales del ejercicio anterior, los cuales se publicarán el lunes próximo. Según la cadena de televisión CNBC, la compañía anunciará entonces una pérdida de unos 60.000 millones de dólares.

En Francia, las cajas de ahorros y el grupo de bancos populares (Groupe Banque Populaire) se fusionarán en una sola entidad, que contará con la participación del Estado. Así lo informó la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde.

El gobierno galo considera poner a disposición de esa nueva institución bancaria –que se convertirá en la segunda más grande de Francia tras Crédit Agricole– créditos por un valor de entre 2500 y 5000 millones de euros. Las cajas de ahorros cuentan actualmente con 27 millones de clientes y 4770 filiales en todo el país; en tanto, los bancos populares alcanzan los 9,5 millones de cuentas y disponen de 3370 sucursales.