ECONOMíA › LA CAPITALIZACIóN DEL ORGANISMO RESULTó MáS BAJA QUE LO RECLAMADO POR AMERICA LATINA

Estados Unidos fue amarrete con el BID

Aunque la capacidad prestable del banco casi se duplica a partir del aporte de sus socios, los países de América latina pretendían que todos pusieran más y la asistencia crediticia fuera todavía más alta. Pero el gobierno de Obama se negó.

La asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) terminó con claroscuros para la región. Las negociaciones previas al acuerdo de recapitalización de la entidad anunciado ayer estuvieron cargadas de tensión entre las posiciones de Estados Unidos y América latina. Encabezados por Argentina y Brasil, los representantes de estos países pretendían un desembolso mayor al que finalmente se pactó. Se aprobó un incremento del 70 por ciento en la capitalización del organismo, con un desembolso efectivo de 1700 millones de dólares. Así, la capacidad prestable en forma sostenible se duplicó hasta los 11.500 millones de dólares anuales.

“Es una capitalización insuficiente, ya que el conjunto de países latinoamericanos estábamos esperando unos 3000 millones de dólares en capital efectivamente pagado”, apuntó el viceministro de Economía, Roberto Feletti. El objetivo que no se logró fue el de impulsar la capacidad prestable del organismo por encima de los 15 mil millones de dólares al año. En cambio, se alcanzó elevar la oferta de crédito disponible para la región de 6000 a 11.500 millones de dólares. De todas formas, según advirtió el funcionario, Argentina tendrá disponibles alrededor de 600 millones de dólares extra por año desde 2011.

El secretario de Política Económica criticó duramente el rol jugado por la delegación norteamericana en el encuentro, que intentó incorporar como exigencia previa al otorgamiento de préstamos por parte del BID un aval del Fondo Monetario Internacional. La “subordinación del organismo al FMI”, como la describieron desde la comitiva argentina, fue desarticulada por los países de la región. Feletti explicó que durante las jornadas de debate la propuesta de Estados Unidos fue “muy resistida tanto por gobiernos de derecha, como los de Chile y Panamá, como por el ala izquierda de la región”.

Descartada la necesidad de presentar una evaluación positiva del Artículo IV del FMI para aspirar a financiamiento del BID –el requisito ya existe para los créditos al Tesoro, pero ahora se lo quería ampliar a los préstamos para infraestructura, que son a los que accede la Argentina–, se decidió impulsar la capacidad del banco en los análisis macroeconómicos. La versión final del acuerdo se conocerá dentro de 60 días, hasta entonces continuarán las negociaciones.

Feletti consideró que Estados Unidos “encara el problema del BID como un problema de tesorería, respetando su situación política interna, y no como un problema de geopolítica para apoyar proyectos de desarrollo”. En ese sentido, el funcionario remarcó que “la posición de Estados Unidos provocó duras negociaciones y alentó cierto replanteo de algunos países sudamericanos, en el sentido de avanzar con mayor firmeza hacia una arquitectura financiera regional”.

El economista remarcó las potencialidades del Banco del Sur y el rol creciente jugado por la Corporación Andina de Fomento. “El escenario que se planteó va más allá de la discusión sobre la capitalización del BID e incluye la política de Estados Unidos hacia América latina. Es un proceso que obliga a la región a mirarse hacia adentro”, consideró Feletti.

“La capitalización del BID era necesaria para sostener la oferta crediticia en los niveles de la crisis, pero la realidad es que termina siendo insuficiente y muy condicionada”, estimó. Durante la crisis, el monto de préstamos del banco superó los 15 mil millones de dólares. Argentina y el resto de la región consideraban necesario mantener esos niveles, ya que entienden que la crisis internacional no desapareció. A ese escenario le suman los requerimientos de Chile y Haití, por sus respectivos terremotos, y la situación de algunas economías como la mexicana que estaban en un proceso de desendeudamiento neto y a partir del desbalance internacional volvieron a solicitar fondos a la entidad.

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Roberto Feletti, viceministro de Economía, culpó a Estados Unidos.
Imagen: Pablo Piovano
 
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