ECONOMíA › CONCLUSIONES DE LA REUNIóN DE LA OIT

Empleo decente como bandera

 Por Tomás Lukin

Desde Santiago

Las conclusiones tripartitas de la reunión regional americana de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que terminó ayer ratifican al empleo decente como herramienta para enfrentar las persistentes debilidades productivas y distributivas de la región. En sintonía con las exposiciones realizadas durante la semana por la titular de Cepal, Alicia Bárcena, y el ministro de Trabajo argentino, Carlos Tomada, el organismo enfatizó al cierre de la jornadas que el crecimiento no alcanza para erradicar las profundas desigualdades. Los encuentros del organismo no son resolutivos, pero marcan la agenda y los ejes del debate.

Delegados de trabajadores y gobiernos de distintos países de América latina enfatizaban ayer la importancia de no haber cedido a la presión empresaria para incluir cuestiones referidas a la seguridad jurídica y el derecho de propiedad en la declaración final. Esa situación llegó a suponer a algunos sindicalistas que la reunión no tendría conclusiones ante la imposibilidad de lograr un acuerdo. Sin embargo, el borrador acordado entre las partes reafirma la libertad sindical y la legitimidad de la negociación colectiva, dos cuestiones de la dinámica laboral muy frágiles en la región, a excepción de algunos países.

El paraguayo Víctor Báez, secretario general de la Central Sindical Americana, comentó a este diario que “en el siglo XXI tenemos relaciones laborales casi feudales en algunas regiones como Centroamérica. Pero se revaloriza el papel de los Estados y las políticas públicas. No podemos negar que en América latina existen cambios positivos como Argentina, Brasil y Uruguay. Pero persisten algunos lugares como Guatemala o Colombia donde la persecución sindical es criminal”.

El documento final enfatiza la necesidad de mejorar el piso de protección social, destaca la cooperación sur-sur y la importancia del fortalecimiento de la institucionalidad del mercado de trabajo. Se reconoce la persistencia de elevados niveles de informalidad y desigualdad: “Subsisten desafíos relativos a la consolidación de la democracia, a la disminución de las desigualdades, el fortalecimiento de los derechos y a los mecanismos de participación”, sostiene el texto.

“Como región nos queda mucho por avanzar, pero lo importante es que estamos avanzando. Hay una diferencia con el pasado. América latina comprendió que las políticas macroeconómicas son relevantes para conseguir autonomía y no caer en manos del Fondo Monetario Internacional. Esas políticas coinciden con la agenda de trabajo decente, con la protección del empleo. En lugar de ajustar, el Estado invierte y expande políticas sociales”, comentó a Página/12 el director de la OIT, Juan Somavía.

Algunos gobiernos, como el de Argentina y el de Brasil, pretendían una declaración más contundente, que comenzara a incluir una agenda de desarrollo o que, por lo menos, esbozara los primeros trazos de esas políticas. No obstante, consideraron ayer más importante mantener el eje del debate en el empleo decente y la importancia de preservar las políticas sociales desplegadas durante la crisis para mejorar los débiles esquemas de protección social en la región. Además explicaban que “la situación no es la misma para todos. Somos una región muy heterogénea, aunque compartimos algunas debilidades estructurales. En esta oportunidad, algunos países llegaron con la necesidad de legitimar políticas de empleo e ingresos que pueden parecer muy humildes pero son muy cuestionadas en sus países”. En la reunión regional participaron más de 300 delegados de 35 países, desde Canadá hasta Argentina. Los organizadores resaltaban la presencia de los representantes de los países centroamericanos, quienes no suelen viajar para estos eventos.

“Existen pocos instrumentos más apropiados para abordar los desafíos que enfrentan América latina y el Caribe que el diálogo social. Se trata de un desafío conjunto que enfrentamos como región, pero el verdadero diálogo social, el que logra verdaderos resultados, es aquel que ocurre en cada país. Aquí hay una responsabilidad colectiva. Si no la hacemos funcionar sufrirá este organismo tripartito”, señaló ayer Somavía durante su discurso de clausura. Por su parte, la ministra de Trabajo chilena y presidenta del encuentro, Camila Merino, sostuvo que “es importante seguir trabajando por crear las mejores condiciones para el aumento del empleo y su dignificación”. La funcionaria del gobierno de Sebastián Piñera fue el centro de las críticas sindicales durante la semana por el despido de 8000 trabajadores estatales desde que asumió la función pública.

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