ECONOMíA › LA MINISTRA DE INDUSTRIA, DéBORA GIORGI, Y SU PAR BRASILEñO SE REUNIERON PARA ANALIZAR LAS NUEVAS MEDIDAS

Una comisión para llevar tranquilidad a Brasil

Las licencias no automáticas van a regir, pero hay un compromiso para que la tramitación sea ágil. Además, los brasileños podrán monitorear el sistema. “Creo que va a funcionar muy bien”, afirmó el funcionario de Dilma Rousseff.

 Por Javier Lewkowicz

El Gobierno descartó que la puesta en marcha del nuevo paquete de licencias no automáticas de importación vaya a generar problemas en el comercio bilateral con Brasil. Las licencias van a regir, pero hay un compromiso para que el canal de tramitación de las operaciones sea ágil. Más allá de la promesa, ambas administraciones crearán una comisión bilateral que se ocupará especialmente de realizar ese seguimiento. “Yo creo que va a funcionar muy bien”, señaló Fernando Pimentel, ministro de Desarrollo brasileño, quien ayer ofreció una conferencia de prensa junto a la titular de Industria, Débora Giorgi. La funcionaria resaltó que las licencias se enfocan sobre los productos de extrazona (fuera del Mercosur), también despejando dudas sobre las importaciones desde Uruguay. Por su parte, el secretario de Industria, Eduardo Bianchi, indicó a Página/12 que desde el Gobierno van a controlar que los sectores beneficiados de las licencias no aumenten los precios.

Ayer cerró una nueva reunión de monitoreo del comercio bilateral que regularmente llevan a cabo los ministerios de Industria de Argentina y Brasil. En esta oportunidad se descontaba que el tema central sería la aplicación de las nuevas licencias no automáticas de importación, a través de las cuales se amplió de 400 a 600 el abanico de productos que cuentan con esa protección externa. Fuentes que presenciaron la reunión señalaron que el gobierno argentino también puso en la mesa los numerosos productos sobre los cuales Brasil pone trabas a la entrada, con especial mención a las vacunas producidas de forma local. “La vendemos a Estados Unidos y no podemos entrar a Brasil”, se quejan en Industria. Los funcionarios del país vecino se comprometieron a analizar esos casos.

La licencia no automática es un instrumento que le permite al Estado solicitar información y documentación al importador, en un trámite que no debería demorar más de 60 días. Sin embargo, ese plazo en muchos casos no se cumple, algo que Brasil en 2009 reclamó enfáticamente. Las licencias no reconocen origen, es decir que se aplican sobre el producto no importa de dónde provenga. Sin embargo, y a diferencia de la experiencia de 2009, el Gobierno busca controlar las compras que no involucren a socios comerciales, como Brasil y Uruguay, con el foco puesto especialmente sobre la entrada de productos asiáticos.

En la conferencia de prensa que dieron Giorgi y Pimentel, ambos se ocuparon de dejar en claro que el problema viene de extrazona. “El gobierno de Argentina no va a afectar ninguna de las ventas que le hace Brasil”, empezó la ministra. Luego explicó que “la aplicación de licencias no automáticas obedece a una necesidad de determinados sectores para realizar un monitoreo de comercio sobre ciertos productos. No es un ‘no a la importación’”, y agregó que lo que más preocupa es “la competencia desleal de extrazona. No así de Brasil.”

Por su parte, Pimentel admitió que los industriales brasileños “estaban un poco inquietos” frente a la noticia, una reacción lógica teniendo en cuenta que la Argentina es uno de los principales socios comerciales del país vecino, y el primer comprador de manufacturas industriales. Sin embargo, resaltó la tranquilidad con que tomaron la medida en la administración de Dilma Rousseff. “La Resolución 45 –donde se establecieron las nuevas licencias– es una decisión soberana de la Argentina, que nosotros respetamos y que no afecta las normas de la Organización Mundial de Comercio”, manifestó el funcionario brasileño. Además, aclaró que “no hay intención de parte de Brasil de restringir las exportaciones argentinas”. También deslizó su preocupación por la “importación de productos asiáticos que generan anomalías”.

Pero más allá de las buenas intenciones, ambos gobiernos conformarán una “comisión de acompañamiento de las licencias no automáticas para que no haya confusiones”, describió Pimentel, es decir que no se exceda el plazo de 60 días. Los funcionarios destacaron el sistema informático de comercio exterior que en unos días pondrá en funcionamiento la Argentina, que esclarecerá la dinámica de las licencias (ver aparte). Además, según indicó Giorgi, las importaciones provenientes de Uruguay recibirán el mismo trato benévolo que las brasileñas. La semana que viene la titular de Industria se reunirá con su par uruguayo, Roberto Kreimerman.

Entre los 200 productos incorporados al sistema de licencias no automáticas hay artículos metalúrgicos, electrónicos de consumo, hilados y tejidos, autos de alta gama, moldes y matrices, vidrio, bicicletas y partes de bicicletas. El aumento en la protección externa les da un margen mayor a estas industrias para aumentar precios, algo que el Gobierno quiere evitar. “Buscaremos que el cuidado que estamos creando, resguardando a esos sectores, no sea aprovechado por unos pícaros que aumenten precios”, dijo a este diario el secretario de Industria, Eduardo Bianchi.

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Débora Giorgi y Fernando Pimentel durante la conferencia de prensa que ofrecieron al término del encuentro.
Imagen: Télam
 
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