ECONOMíA › CHINA Y ARGENTINA, ACOMPAñADA POR EL MERCOSUR, PROPONEN UNA ESTRATEGIA PARA EVITAR EL IMPACTO DE UNA CRISIS PROLONGADA

Todos los caminos de salida conducen a Beijing

La visita del primer ministro Wen Jiabao a la Argentina fue coronada por un acuerdo estratégico entre China y el Mercosur para eludir el impacto de la crisis mundial. “No hemos encontrado respuestas concretas de las economías en crisis”, destacó CFK.

 Por Raúl Dellatorre

Que se hable de “relaciones estratégicas” y de “intereses comunes” en un encuentro entre dos jefes de gobierno puede resultar casi un lugar común. Pero si estas referencias surgen de un encuentro enmarcado en una crisis internacional, señalando sin eufemismos la perspectiva de prolongación en el tiempo de dicha situación y “la falta de respuestas” de los países centrales, el sentido y trascendencia de las palabras es necesariamente otro. Además, uno de los jefes de gobierno de este intercambio conceptual es primer ministro nada menos que de China. Wen Jiabao, de visita en Argentina, subrayó el valor que para su pais tiene la relación con Argentina y el Mercosur para transitar la etapa por venir. Cristina Fernández recogió el desafío y lo ubicó en el tiempo: “la vinculación con China es una oportunidad histórica” para la Argentina y el Mercosur, le respondió.

El estrechamiento de lazos con China viene a corroborar que una trayectoria diferente de la que proponen las economías centrales de Occidente es posible. Argentina acaba de regresar de una nueva cumbre del Grupo de los 20 (Los Cabos, México) en la que los cuestionamientos a la receta del ajuste volvieron a chocar con la férrea defensa de la Unión Europea, respaldada por Estados Unidos, a las políticas que viene imponiendo el Viejo Continente. Cristina se ocupó ayer de recordarlo ante Wen. “No hemos encontrado una respuesta en términos de prácticas y políticas concretas de parte de las dos economías en crisis, no hay respuestas satisfactorias”, señaló. En la misma sintonía, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, trazó un cuadro de situación de la crisis internacional con perspectivas de extenderse en el tiempo, y la alternativa que se abre de dar una respuesta estratégica a partir de una alianza entre China y el Mercosur, buscando respuestas que eviten que la crisis “contamine a nuestros mercados y extienda sus tentáculos sobre nosotros, provocando consecuencias que no deseamos”, dijo.

Con un mundo en el que las principales potencias occidentales muestran su potencial económico comprometido, con sus poblaciones perdiendo ingresos como consecuencia de las políticas implementadas por sus gobiernos, el primer ministro chino y los mandatarios del Mercosur propusieron ayer construir una nueva relación productiva y política. Con los convenios de cooperación agrícola global y un plan de trabajo quinquenal, los acuerdos en materia nuclear y el respaldo financiero en instalaciones ferroviarias, firmados ayer, Argentina busca acortar distancias respecto del desarrollo de la relación que Brasil ya viene planteando desde varios años, impulsada fundamentalmente durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva.

Brasil se anticipó a la crisis, al tender un puente hacia el gigante asiático previendo un protagonismo futuro para sí y para el socio elegido. Hoy ambos forman parte del Brics, un estratégico polo de convergencia. Argentina transitó un recorrido de salida de la crisis del neoliberalismo que no sólo es mencionado frecuentemente como referencia por otros países de la región, sino que últimamente es invocado en naciones más lejanas como camino alternativo frente a las políticas de ajuste, como lo hizo la oposición de izquierda en Grecia (Alexis Tsipras, candidato de Syriza), que perdió por estrecho margen las recientes elecciones parlamentarias. Aunque Argentina fue uno de los primeros países de la región en establecer vínculos diplomáticos con China (se cumplen en estos días cuarenta años de ese paso) y suma hoy un intercambio comercial con Beijing que hace de la República de Mao uno de los mayores socios comerciales del país, fue recién en los últimos años cuando se empezó a plantear una visión más estratégica en la relación. Los acuerdos firmados ayer buscan pavimentar esa ruta.

“Hoy por hoy, Argentina y China ya están unidas por una asociación estratégica”, manifestó Wen Jiabao ayer por la mañana en el Congreso Nacional, donde fue recibido por los presidentes de ambas cámaras. Y destacó que la relación entre ambos países “necesita contar con la garantía del Congreso Nacional como así también con el apoyo de todo el pueblo”. Durante la reunión en el Congreso, que precedió a la visita oficial a la Casa Rosada y la reunión privada que mantuvo con CFK en el despacho presidencial, Wen expresó la necesidad de “seguir pensando nuevos paradigmas, nuevas ideas” que consoliden el crecimiento y permitan estrechar más las relaciones comerciales, “pero también políticas y culturales, para llegar con mejores respuestas a nuestros pueblos”.

Amado Boudou, anfitrión en su carácter de presidente del Senado, destacó que “en los últimos diez años se han producido profundos cambios en la economía y la política de ambos países, que les han permitido proporcionar a gran parte de las poblaciones mejores condiciones de vida”. Por su parte, Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados, subrayó que la relación entre Argentina y China se encuentra “en el mejor momento histórico”, un lugar alcanzado en base a las convicciones de ambas naciones más allá de los acuerdos. Ya desde el gobierno de Néstor Kirchner, recordó Domínguez, Argentina siempre apoyó “el principio de una sola China”, mientras que China “apoyó firmemente el reclamo de soberanía por las islas Malvinas”.

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La presidenta argentina y el primer ministro chino destacaron las coincidencias e intereses comunes frente a la crisis mundial.
 
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