ECONOMíA › DESEMBARCO DE VEINTE TECNICOS DEL FONDO MONETARIO

Con la artillería que ya se conoce

Una semana antes de lo anunciado llegó al país una misión de 20 funcionarios del Fondo Monetario, encabezada por el inglés John Thornton, que deberá efectuar la tercera revisión del acuerdo vigente, firmado en enero. El funcionario mantuvo por la tarde su primera reunión con el secretario de Hacienda, Guillermo Nielsen, y allí mencionó la necesidad de que las provincias aumenten su recaudación impositiva, a fin de liberar fondos de la Nación, recursos que deberían ir al pago de la deuda. El esquema contempla un ajuste de gastos del gobierno nacional, compensado por una mayor presión fiscal en las provincias.
Al mismo tiempo que llegaban a Buenos Aires los técnicos del FMI, en Washington el portavoz del organismo, Thomas Dawson, aseguraba que “no tenemos comentarios sobre informaciones de prensa referidas a políticas del FMI hacia Argentina supuestamente basadas en documentos internos”. La declaración de Dawson se completó con una ratificación “del fuerte apoyo del Fondo a la Argentina y a las actuales políticas del gobierno”. De ese modo, el organismo de crédito buscó bajar los decibeles a la polémica que originó la difusión de ese informe, cuya existencia no fue desmentida.
Nielsen acusó anteayer a un sector del Fondo de trabajar para “sabotear la relación con Argentina”, y denunció la existencia de un complot. En el Palacio de Hacienda apuntan a Teresa Ter Minassian. En concreto, ese documento barajaba la posibilidad de que el Gobierno debería reestructurar los Boden, emitidos después de la devaluación, para compensar a bancos y ahorristas por la pesificación. El que desde Washington se sugiriera que la administración Kirchner caería también en default provocó la destemplada reacción del equipo de Lavagna.
Pero ayer los ánimos empezaban a serenarse, porque la cotización de los Boden no sufrió el impacto de los rumores e incluso siguió recuperándose levemente. En privado, en Economía tomaron ese hecho como la mejor prueba de que “los mercados ya no le dan pelota al FMI”, aunque en público prefirieron resaltar la solidez de la economía. “La cotización de los Boden representan la recuperación de la confianza interna y externa”, aseguró ayer el vocero de Lavagna. Además, minimizó la importancia del informe interno del Fondo, que critica en varios aspectos a Kirchner y pide un incremento de la presión impositiva sobre las clases medias.
Más allá de esa polémica, ayer comenzó la negociación con el arribo de la misión de 20 técnicos, encabezada por John Thornton. Estuvo reunido con Nielsen y con el secretario de Coordinación, Leonardo Madcur, y el subsecretario de Financiamiento, Sebastián Palla. Thornton planteó la necesidad de alcanzar un superávit fiscal que sea consistente con las reales estimaciones del pago de servicios e intereses que la Argentina tiene que cancelar hasta septiembre de 2006.

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