ECONOMíA › LA PRIMERA OBRA PUBLICA ADJUDICADA EN EL GOBIERNO DE MACRI FAVORECIO A LA CONSTRUCTORA CAPUTO

Un concursante demasiado cercano y exitoso

La firma Caputo se adjudicó una obra civil para la CNEA. Macri había asegurado que no participaría de licitaciones en su gestión.

El gobierno de Mauricio Macri le adjudicó a la constructora de Nicolás Caputo la obra civil para la instalación del reactor nuclear RA-10. La firma de Caputo, un amigo íntimo de Macri desde la infancia, recibirá del Estado 797 millones de pesos por llevar adelante la edificación. Las otras empresas que participaron en la licitación, la cual fue lanzada en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aunque recién ahora se terminó de definir el proceso de adjudicación, fueron Iecsa, de Angelo Calcaterra, y la constructora del Grupo Petersen, de Enrique Ezkenazi. La fabricación del reactor nuclear se encuentra a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), quel trabaja en conjunto con la firma de ciencia e innovación Invap.

Mauricio Macri había asegurado que su amigo Nicolás Caputo no sería beneficiario de ninguna obra del Estado, con el objetivo de cuidar la transparencia de las cuentas públicas. Pero la primera gran adjudicación que hace la nueva gestión de Cambiemos terminó siendo para quien guarda estrechas relaciones personales y financieras (préstamos personales declarados entre ambos).

La situación no es novedosa, puesto que ya se había observado en la administración de Macri al frente de la Ciudad. Como jefe de Gobierno de la Capital, reiteró en varias oportunidades que la principal empresa constructora de Caputo no había licitado ni una sola obra en su gestión. Incluso detalló que los pagos realizados a la firma constructora por el gobierno porteño en sus ocho años de administración de la Ciudad de Buenos Aires correspondieron a contrataciones de gestiones anteriores. Si bien es cierto que la principal firma de Caputo no recibió nuevas obras en ese período, hubo adjudicaciones millonarias para la empresa SES SA., de la cual el amigo de Macri es dueño del 50 por ciento.

En la columna de opinión de este diario del 6 de diciembre pasado de Alfredo Zaiat se precisó en detalle la íntima relación de Macri con Caputo y los negocios compartidos: “En los ocho años de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Macri adjudicó obras a SES, que es lo mismo que decir a su amigo Caputo, por unos 1200 millones de pesos, según información proporcionada por la Auditoría General porteña. Es tan estrecha la relación de las empresas Caputo y SES que comparten el mismo presidente que firma los balances entregados a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires: Teodoro José Argerich”. El vínculo de Macri con el hombre de negocios de la construcción no sólo se asocia con obras adjudicadas desde el sector público sino que existen negocios financieros e incluso deportivos. En la declaración jurada de Macri figura un préstamo por casi 19 millones de pesos entregado a Caputo. Zaiat cuenta además que el constructor fue la mano derecha del actual presidente en el negocio de la compra de jugadores cuando estuvo al frente de Boca. La confianza entre ambos es notable, al punto de que durante el episodio de secuestro que vivió Macri hace más de una década, Caputo se encargó de pagar el rescate.

El último negocio de esta dupla de empresarios avanza en la adjudicación de la obra civil que permitirá instalar el reactor RA10. Se trata de un proyecto de infraestructura por el cual Caputo embolsará del Tesoro cerca de mil millones de pesos. El equipo que se instalará es un reactor nuclear, cuya fabricación está a cargo de la firma estatal Invap, la cual tiene experiencia a nivel internacional vendiendo reactores a países del mundo desarrollado como Australia. El aparato producirá radioisótopos para uso en medicina nuclear, procesos industriales, ensayos de combustibles y materiales, capacitación y otras tareas. Uno de los puntos destacados de este equipo, que fue adjudicado en la gestión kirchnerista para reemplazar al reactor RA-3 (el cual está por cumplir su vida útil), es que posibilitará aumentar la exportación de radioisótopos al mercado brasileño. El RA-10 demandará un tiempo de construcción de cuatro a cinco años, y se instalará en el Centro Atómico Ezeiza, junto al reactor RA3 al cual deberá relevar. Tendrá una potencia térmica de 30 megawatts, el doble del RA-3, y un cincuenta por ciento del reactor OPAL, el equipo que Invap consiguió vender al mercado australiano.

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Nicolás Caputo, empresario de la construcción, con Mauricio Macri, en uno de tantos momentos compartidos.
 
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