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El Gobierno tuvo un primer round de estudio con Aguas Argentinas

En el comienzo formal de la renegociación del contrato de concesión, el ministro de Planificación, Julio De Vido, reclamó a la compañía que implementara un plan de saneamiento en relación a la contaminación de las napas. No se habló de tarifas ni de juicios.

 Por Cledis Candelaresi

A pesar de los lapidarios informes oficiales sobre incumplimiento del contrato por parte de Aguas Argentinas, el Gobierno parece dispuesto a darle una nueva oportunidad para que pueda mantener a cargo del servicio. Según informaron en Planificación, y ratificaron voceros de la propia compañía, el ministro Julio de Vido pidió a los máximos directivos de la empresa operada por la francesa Suez Environnement que diseñe para el año próximo un programa de saneamiento orientado básicamente en el conurbano bonaerense. Ambas partes destacaron la cordialidad del encuentro, eludiendo precisiones acerca de qué manera se financiaría esa expansión del servicio de cloacas y si ésta es planteada a modo de ultimátum oficial para evitar la caída de la concesión.
El ministro de Planificación y el de Economía, Roberto Lavagna, recibieron en reuniones separadas a Jacques Petry, titular de la firma gala, quien vino a Buenos Aires en el mismo momento en que se reemplazó el presidente local. Juan Carlos Cassagne fue sustituido por Yves Thibault de Silguy, hasta ahora vicepresidente ejecutivo de Suez. Según destaca la compañía, este hecho es indicio de la relevancia que le da el accionista a su cuestionado negocio en Buenos Aires, algo que desde el Gobierno se interpretó de la misma manera.
Fueron encuentros protocolares pero suficientes para que Economía y Planificación consideren que la operadora del servicio de agua potable y cloacas de la Capital Federal y un amplio radio del Conurbano “tiene voluntad de colaboración y diálogo, es decir, de continuar al frente del servicio”. Una base suficiente para que el Gobierno decida dejar a un lado, aunque sea provisoriamente, la intención de dar por caído el contrato.
Nadie recordó ayer que un extenso informe del Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios elevado a la Unidad de Renegociación de los contratos destaca que la empresa habría incumplido obligaciones por casi mil millones de pesos (o dólares) desde el comienzo de la concesión, en 1993. A raíz de esto, más de un millón de bonaerenses no tienen cloacas y más de seis millones sufren de algún modo el contacto con aguas servidas no debidamente tratadas. Según la evaluación del ente, solo tiene tratamiento primario el 7 por ciento de esos efluentes, cuando la meta contractual elevaba esa proporción al 74 por ciento.
De Vido y algunos de sus más cercanos colaboradores señalaron que es prioridad salvar esas deficiencias, aunque nadie aclaró si esta prioridad es planteada como una condición para permanecer a cargo del servicio. Aguas tendría que elevar una propuesta, incluida la forma de costear las obras de saneamiento que, según insistían ayer en Planificación, “descartan un ajuste en el precio del servicio”.
Desde septiembre pasado y por instrucción de la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia de Buenos Aires, la empresa integró un fondo fiduciario con una porción de la tarifa, correspondiente a un aumento del 3,9 por ciento. Este fondo –que según cálculos de los privados reuniría alrededor de 50 millones anuales– fue prorrogado hasta fines del 2004, fecha que coincide con el plazo para ejecutar las obras de saneamiento que el Gobierno habría reclamado ayer.
La supuesta rapidez y carácter protocolar de las entrevistas entre Petry y los ministros habría reservado para los encuentros en el seno de la Unidad de Renegociación el reclamo oficial de que el accionista francés deponga la demanda presentada en el seno del CIADI, tribunal arbitral del Banco Mundial. Allí los operadores de Aguas (Suez y Vivendi, de Francia, y Aguas de Barcelona, de España) reclamaron al Estado argentino una indemnización de 1700 millones de dólares por presuntos perjuicios que les habrían ocasionado la devaluación y congelamiento de tarifas.
Previsiblemente, en aquella unidad a cargo de Planificación y Economía se trataría el posible cambio en la composición accionaria de la prestadora, que está a la espera de un nuevo socio. Esa eventualincorporación y el consiguiente aporte de capital ayudaría a conseguir los fondos necesarios para ejecutar un plan de obras.
Junto a Aeropuertos y Correo, el contrato de Aguas Argentinas formaba parte de la trilogía de privatizaciones con más chances de ser rescindidas debido a los sucesivos incumplimientos. Algunos de ellos tuvieron lugar después de revisiones contractuales que le condonaron esas faltas y, al mismo tiempo, le admitían subas tarifarias para costear nuevos planes de obra, también ejecutados parcialmente. Pero ayer hubo indicios de que la empresa tendrá una nueva oportunidad.

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Aguas habría incumplido obligaciones por casi mil millones de pesos desde el inicio de la concesión.
 
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