ECONOMíA › LA INHIBICION PARA REABRIR EL CANJE DE LA DEUDA YA ES LEY

Plazo fijo para negociar el canje

Diputados convirtió en ley anoche el proyecto ya votado en el Senado para desalentar expectativas de renegociación del canje. Con apoyo radical y de sectores transversales, abstención de la izquierda y oposición de la derecha, Lavagna vio transformado su deseo en realidad.

 Por Eduardo Tagliaferro

Fue un deseo del Gobierno y ya es ley. La mayoría que el oficialismo tiene en ambas cámaras le permitió concretarlo en menos de una semana. Luego de un largo y repetido debate, que fue más un trámite que otra cosa, Diputados convirtió en ley la iniciativa que impide reabrir el canje de la deuda en cesación de pagos. A la mayoría del PJ se le sumó la del radicalismo y la de algunos bloques que suelen identificarse con la transversalidad. Se abstuvieron la mayoría de los bloques de la oposición, como el socialismo, el ARI y el diputado Claudio Lozano. Desde la propia bancada justicialista se abstuvieron los diputados identificados con Adolfo Rodríguez Saá. En contra votó la derecha más dura: los seguidores de Ricardo López Murphy, los encolumnados en las filas del eléctrico subcomisario Luis Patti y la Unión del Centro Democrático.
Por el oficialismo comenzó la ronda Carlos Snopek, titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Sin salirse de su tradicional estilo, abundante en cifras y datos, y una retórica ininteligible que le evita la reacción del resto de los legisladores, el jujeño defendió la iniciativa diciendo que “es la renegociación posible de la deuda”. Fue el uso del término de “lo posible” lo que permitió algunas respuestas. Como la de Lozano, quien subrayó que “en el altar de lo posible se sacrificaron las utopías de la mayoría de los argentinos durante las últimas décadas”.
Desde la mayoría se repitieron argumentos ya expresados en el Senado. Entre otros, la recuperación de las facultades constitucionales del Congreso en los temas de la deuda externa. Algo que la mayoría de los bloques opositores denunció como un discurso hipócrita, ya que precisamente en temas de la deuda externa el Congreso, merced a la voluntad oficialista, se opuso a crear la comisión bicameral que luego del fallo del juez Jorge Ballestero en la causa Alejandro Olmos tendría que haber separado la deuda legítima de la ilegítima.
“Cómo se puede tener un discurso duro con las violaciones a los derechos humanos y por otro lado pagar la deuda de la dictadura que está manchada de sangre”, afirmó el bonaerense Mario Cafiero. Lo dijo luego de denunciar la movida del Gobierno como una maniobra de confusión. “Desde la propuesta de Dubai hasta la de Buenos Aires, no hay quita de capital”, fue la conclusión de Cafiero.
El debate había comenzado a primera hora de la tarde. Obtenido el quórum necesario, el recinto se fue desangrando en un lento pero persistente éxodo. La principal tarea de los que abandonaban el recinto era estar atentos a la hora de la votación.
Los bloques del centroizquierda que el año pasado intentaron, sin éxito, debatir la deuda en algunas frustradas sesiones especiales, le recordaron esto al oficialismo. La factura fue acompañada del recuerdo de la causa Alejandro Olmos y también de algunas promesas electorales.
“Venimos a discutir una jugarreta de (Roberto) Lavagna a los acreedores”, fue la opinión del ARI en boca del jefe de su bloque, el bonaerense Eduardo Macaluse. Para el legislador se estaba analizando la iniciativa que impide al gobierno presentar judicial o extrajudicialmente otra propuesta a los acreedores porque la palabra de Kirchner “está devaluada”. Algo que en términos similares sostuvo el porteño Lozano, que calificó esta iniciativa como “un proyecto extemporáneo e inocuo”. Luego de sostener que se abstendría, dijo que lo hacía con cierta contradicción, ya que le parecía bien el proyecto, para evitar “que Lavagna continuara haciendo concesiones en la renegociación de la deuda externa”. En la vereda de enfrente, el cordobés de la UCEDE Mauricio Bossa dijo que la propuesta del Gobierno a los acreedores es “una propuesta hostil que generará reacciones también hostiles”.
Cerca de la medianoche los diputados votaron: 146 a favor, 30 abstenciones y 80 en contra. Más allá de la pirotecnia verbal, el Gobierno obtuvo en tiempo record el gesto que buscaba desde la semana pasada.

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El bloque radical acompañó el proyecto sin estridencias. Lavagna terminó de convencerlos.
 
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