ECONOMíA › KIRCHNER VOLVIO A MARCAR LIMITES CON EL FMI

La pelea por la receta y el menú

Veinticuatro horas después de la finalización de la cumbre anual del FMI, Néstor Kirchner volvió a confrontar con el organismo. “Se tendrán que dar cuenta las autoridades del Fondo de que con la Argentina no se puede jugar”, aseveró. Acto seguido, instó al staff del FMI a “negociar como corresponde y reconocer todo el esfuerzo” que hizo la Argentina en los últimos años.
Justo antes de que se iniciara la reunión anual del FMI en Washington, su director gerente, Rodrigo Rato, advirtió que la Argentina debía corregir su actual modelo económico. Que tenía que aplicar medidas ortodoxas. En el menú figuraban una abrupta suba de las tasas de interés y el urgente apartamiento del Banco Central del mercado cambiario. Se supone que esas iniciativas servirían para enfriar la economía y desincentivar los impulsos inflacionarios. Durante la cumbre, Rato añadió a la lista otro de sus clásicos reclamos: que la Argentina les ofrezca una solución a los holdouts (los bonistas que rechazaron el canje de la deuda), un 24 por ciento del total.
Las últimas definiciones de Kir-chner son una señal al organismo: que será muy difícil volver a sentarse a negociar si el Fondo reflota sus condicionalidades. Atender a ellas significaría, ni más ni menos, que modificar el modelo económico: si el Banco Central deja de comprar dólares en el mercado, la cotización de la moneda estadounidense caería a niveles inaceptables para el nivel de competitividad que prefiere el Gobierno. Por otra parte, una suba de las tasas de interés implicaría nada menos que detener una tendencia positiva de la economía, que se está recuperando de la explosiva crisis.
Frente a la presión, el jefe de Estado recordó el éxito obtenido en la reestructuración de la deuda. “Con una quita del 75 por ciento nos decían que era imposible, pero lo logramos con dignidad entre todos los argentinos”, recordó. Y remató: “Lo mismo va a resultar” con las autoridades del Fondo.
La Argentina vino cumpliendo con todos los vencimientos de la deuda con el organismo. En lo que resta de este año quedan por pagar 1350 millones de dólares. A eso hay que sumarle otros 2050 millones que se reparten equitativamente entre los compromisos con los demás organismos y con los acreedores privados. De hecho, el Estado deberá afrontar el próximo viernes pagos por unos 340 millones de dólares por la cancelación de una cuota de renta del bono Par; y de renta y amortización del capital del Boden 2008. En este contexto, el Gobierno busca un acuerdo con el FMI para aliviar las cuentas públicas. Por los dichos de Kirchner, todo dependerá de si Rato y Compañía “negocian como corresponde”.

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