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Felisa Miceli y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se reunieron finalmente ayer en Madrid con Miguel Sebastián, el principal asesor económico del gobierno de Rodríguez Zapatero y hombre clave en la relación con el Fondo Monetario, por espacio de dos horas. Fernández abordó los temas más políticos de la relación de Argentina con las empresas españolas y los organismos internacionales, en tanto la ministra de Economía se limitó a explicar la continuidad de la política económica y las perspectivas que se les presentan a las nuevas inversiones. En particular, Sebastián les transmitió a los funcionarios argentinos el interés de los capitales españoles en los rubros turismo, construcción y alimentos. Finalmente, se acordó promover un encuentro entre hombres de negocios de los dos países hacia abril próximo en Buenos Aires, con la intención de “relanzar” el intercambio comercial bilateral.
Sebastián es un nombre de peso dentro del gobierno de Rodríguez Zapatero, porque como director de la Oficina Económica de la Presidencia española mantiene fluidos contactos tanto con los funcionarios del Fondo Monetario como con los presidentes de empresas con inversiones en Argentina. Más aun, antes de las elecciones de marzo de 2004, su nombre circuló como candidato a ocupar el Ministerio de Economía, cargo que luego recayó en Pedro Solbes.
El encuentro con Miceli y Fernández se prolongó por más de dos horas. Según pudo saber este diario, el Gobierno buscó tender a través de Sebastián un nuevo puente en la relación con Rodrigo Rato, titular del FMI, de cara a las negociaciones que se iniciarán con el organismo durante el verano. El objetivo de la administración Kirchner es refinanciar unos 4500 millones de dólares que vencen con los organismos internacionales el año próximo (1600 millones con el FMI y el resto con el Banco Mundial y el BID), pero sin aceptar las condiciones que impone el Fondo Monetario en materia cambiaria, fiscal y monetaria.
Funcionarios de Economía contaron que también formó parte del temario la deuda de 1000 millones de dólares que mantiene el Estado argentino con España, y que fue contraída en tiempos de Domingo Cavallo, previo a la crisis de 2001. Los reclamos de las empresas privatizadas en manos españolas, como Telefónica y Endesa (energía eléctrica) para aumentar las tarifas, habría sido otro de los puntos fuertes de la conversación. Así como también la demanda del Grupo Marsans, controlante de Aerolíneas Argentinas, por incrementar el precio de los pasajes aéreos para cubrir los recientes aumentos de costos salariales.
La escasa información suministrada acerca de la gira da cuenta que, la mayor parte del tiempo, Fernández y Miceli se manejaron con agendas separadas. Ayer, la ministra mantuvo, además del encuentro con Sebastián, otros con varias fundaciones, el directivo del Banco Santander Francisco Luzón y con los responsables del Consejo Superior de la Cámara de Comercio e Industria de España, Javier Gómez Navarro y Fernando Puertas. Una vez más, la exposición de la titular del Palacio de Hacienda estuvo en torno de la política económica y las perspectivas para los negocios en Argentina. Tras la reunión, los propios ejecutivos españoles se encargaron de difundir que Miceli les trasmitió un mensaje de “absoluta tranquilidad”. Y anunciaron la realización de un encuentro empresarial bilateral para abril próximo en Buenos Aires. Según los empresarios ibéricos, las exportaciones argentinas a España se han incrementando fuertemente en los últimos tiempos y, en cambio, las ventas españolas en Argentina no muestran el mismo dinamismo.
Todo el viaje de Fernández y Miceli estuvo teñido de desencuentros y versiones contradictorias. Por lo pronto, el martes por la noche fue suspendida una cena agendada en la embajada argentina con empresarios de la influyente Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), y ayer por la mañana habría ocurrido lo mismo con un desayuno de trabajo.