ECONOMíA › LA INDUSTRIA TERMINO EL AÑO CON PRODUCCION EN SU MAXIMO HISTORICO

Fierros calientes como nunca antes

El 2005 terminó con la industria en nivel record, superando en 6,3 por ciento el máximo de mediados de 1998. La mayor inversión provocó una leve caída de la utilización de la capacidad instalada.

El cierre de 2005 colocó a la industria en su máximo nivel histórico. Con un crecimiento anual del 7,7 por ciento, la producción superó el anterior techo, de mediados del ’98. El sector, que había quedado desarticulado durante la década pasada, es uno de los beneficiados por el actual modelo. Y desde que la economía se empezó a recuperar, hace tres años y medio, acumula un crecimiento de nada menos que el 56 por ciento. En este contexto, hay empresas que están trabajando con su capacidad al límite y siguen tomando personal. A la vez, los salarios industriales registraron una fuerte recuperación.

Los autos y la minería fueron los grandes ganadores del año pasado. Las terminales fabricaron un 26,7 por ciento más que en 2004, lo que a su vez impulsó a varios rubros vinculados, como la fabricación de neumáticos o de metales básicos. La industria automotriz es una clara muestra del afianzamiento del modelo económico: se vio beneficiada por el boom del consumo interno y por las exportaciones (a destinos como México, Chile y Brasil), que el año pasado fueron record.

También fue relevante lo sucedido en Alimentos y Bebidas. No tanto por la expansión anual, del 6,1 por ciento, sino porque fue el que menos cayó durante la crisis y esa expansión es crecimiento puro. Algunos puntos destacables: el record en la zafra azucarera (+18,3%) y la producción de carnes blancas (+16,6%), con un fuerte impulso de la pesca.

La construcción también se convirtió en un boom. En promedio hubo una expansión del 14,4 por ciento, que estuvo liderada por la fabricación de cemento, que aumentó 21,7 por ciento. El fenómeno del sector está muy relacionado con el salto de los precios de los inmuebles y de los materiales para la construcción.

La presión sobre los precios provocada por la aparición de cuellos de botella fue una de las polémicas que inauguró este fuerte empuje industrial. ¿Podría continuar este ciclo de crecimiento con muchas de las ramas industriales operando al límite de su capacidad? Las fábricas de aluminio y acero, por ejemplo, trabajan al 94 por ciento. Lo mismo que las refinadoras de petróleo. Apenas un poco más atrás, Papel y Cartón (78%); Alimentos y Bebidas (75%) y Productos Químicos (74%) dan signos de cierto stress. El promedio de la utilización de la capacidad instalada, en el 69 por ciento, sería muy superior si no estuviese influida por las terminales automotrices, que tienen resto –apenas utilizan el 34 por ciento de sus instalaciones– por la fuerte ola de inversiones durante los años dorados de la convertibilidad.

Algunos analistas del sector son optimistas. En la consultora Abeceb.com, Mariano Lamote tiene una base de datos con los anuncios de inversiones productivas del último año. “Totalizaron 10.000 millones de dólares”, aseguró a este diario. “Muchas de esas inyecciones de capital ya están en fase de maduración, en especial en los sectores de la alimentación y los textiles.” Según Lamote, esta situación permitió que la utilización de la capacidad industrial haya caído en los últimos meses. “La capacidad se viene ampliando desde septiembre, cuando la utilización trepó al record de 74,3 por ciento. Ahora se encuentra en 69 por ciento”, resumió Lamote. Este último registro, aclara el consultor, incluye la baja en textiles, explicada exclusivamente por cuestiones estacionales.

Para evitar mayores presiones sobre los precios, Felisa Miceli se reunió con los dirigentes de la Unión Industrial. La idea es preparar un paquete de medidas a favor de las inversiones que ayuden a descomprimir la situación.

La expansión de la industria tuvo su correlato en cuanto a la generación de puestos de trabajo y a la mejora de los salarios. El nivel de empleo en la industria creció 6,7 por ciento, casi a la par de la producción, que fue del 7,7 durante el 2005.

En cuanto a los salarios, a fines del año pasado mostraron un incremento del 28,9 por ciento respecto del nivel mostrado un año atrás. Durante 2004, el índice del salario obrero industrial, medido por el Indec, ya había aumentado un 17 por ciento. Los aumentos fueron impulsados, en gran medida, por las negociaciones colectivas. Las mayores subas salariales se dieron en la rama Fabricación de maquinaria y aparatos electrónicos, con un 24,6 por ciento en el año. Junto a este crecimiento en el personal ocupado y en la masa salarial, también se notó una expansión de las horas trabajadas, de un total del 6,3 por ciento.

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La fabricación de autos impulsó el índice de producción industrial, al aumentar 26,7 por ciento.
 
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