ECONOMíA › LAVAGNA SE REUNIO CON LOS DIPUTADOS PERONISTAS Y GANO SU APROBACION

El compañero ministro hasta fue aplaudido

El ministro dedicó mucho tiempo al encuentro. Habló, según los legisladores, “como un peronista”. Cuestionó sutilmente la gestión de Remes Lenicov y fue duro con la pesificación. Y se ganó la adhesión de los diputados cuando se distanció de Blejer y se opuso a sus propuestas de inmunidad.

Por Eduardo Tagliaferro y Felipe Yapur

Prueba superada. Así podría calificarse el paso de Roberto Lavagna por el bloque justicialista de la Cámara de Diputados. Luego de dos horas y media, el “compañero ministro” logró conquistar a los más de 90 legisladores presentes en el encuentro. Además del manejo político del funcionario y de su “lenguaje”, al que los parlamentarios no dudaron en calificar de “peronista”, Lavagna insistió en la necesidad de “normalizar la economía”. Claro que han pasado seis meses del gobierno de transición de Eduardo Duhalde y muchas de las decisiones gubernamentales producen efectos irreversibles. Y así lo reconoció el propio ministro de Economía cuando, en respuesta a una pregunta de un diputado, dijo que el costo de la pesificación alcanzó “los 10 mil millones de dólares”. Luego de esto y del murmullo de sorpresa que inundó a su auditorio, afirmó: “No se puede volver para atrás”. Su tono de resignación lo decía todo.
No por nada, Lavagna estaba bastante lejos de la Rosada cuando, su antecesor Jorge Remes Lenicov organizó la devaluación que reclamaba el denominado grupo productivo. Luego de la presentación del duhaldista José María Díaz Bancalari, el ministro comenzó a desgranar su exposición. En ningún momento recurrió a sus asesores, ni a las carpetas que estos llevaron para la ocasión. No faltó tampoco quien recordó que la presencia de Lavagna “era la primera visita de un ministro peronista en mucho tiempo”. Los memoriosos repetían ayer que la última comparencia de un titular de Economía fue la del ex hombre fuerte del grupo Bunge & Born en el gabinete de Carlos Menem: Néstor Rapanelli.
Fondo a la derecha
La estrategia del gobierno para con los organismos de crédito internacional es uno de los temas que divide aguas dentro del peronismo. No por casualidad el acuerdo con el Fondo es la principal, sino la única, obsesión del gobierno. Tanto lo es que ayer Lavagna insistió en el ya viejo sincericidio de Duhalde: “No hay plan B”.
Luego de esa confesión no quedaban muchas dudas sobre el camino por el que transitaría la exposición del ministro. “Se nos complica hasta para vivir con lo nuestro”, dijo Lavagna al definir el escenario que se presentaría en caso de no alcanzarse un acuerdo con el FMI. A la hora de definir cuáles serían esas complicaciones, resaltó las trabas que tendrían las exportaciones argentinas. Palabras más, palabras menos, las mismas advertencias que Duhalde habría escuchado de boca de José María Aznar y Silvio Berlusconi en su gira europea. Por ello no sorprendió que el ministro afirmara: “No negociamos con el Fondo sólo para obtener algunos créditos, sino para no quedar afuera del mundo”.
Sin entrar en detalles, Lavagna puso a los diputados al tanto de las negociaciones con el Fondo. Nada dijo de la conversación telefónica que anteayer mantuvo con Anne Krueger, la número dos del organismo. Pero sí avanzó sobre la próxima visita de la nueva misión que viene a inspeccionar las cuentas públicas. “Vienen para negociar algo concreto. Vienen para sentar las bases de un acuerdo y no para discutir detalles técnicos”, dijo sobre los discípulos de Anoop Singh. La frase viene a contradecir a los voceros del FMI que sostienen que de esa visita no saldrá ningún acuerdo.
Lo que sí dejó en claro Lavagna, es que en caso de obtenerse el convenio, se trataría “de un mero asiento contable”. Esto es así porque los dineros que desembolsaría el organismo de crédito sería utilizados exclusivamente para “renegociar la deuda” que la Argentina tiene con las entidades multilaterales de finanzas. Aquí les recordó a los parlamentarios, que el gobierno tiene vencimientos muy cercanos a los que hacer frente.
Sin salvavidas
No habló de Duhalde ni de Mario Blejer, pero a los presentes les quedó en claro las diferencias que Lavagna insinuó sobre muchos de los pasos dados antes de que él llegara a la función pública. En este punto se manifestó contrario a la política de redescuentos del Banco Central para con varias entidades bancarias. “Fue un grave error haber otorgado tantos redescuentos a algunos bancos”, dijo profundizando el tema. “No vamos a pagar el riesgo empresario”, dijo luego de reconocer que el grupo interesado en hacerse cargo del Banco Bisel y Del Suquía, le habría exigido algunos redescuentos para cerrar el trato. Aquí fue categórico: “El que quiere un banco que venga con la plata”, subrayó.
Hubo tiempo para que el ministro deslizara una critica al decreto que impulsa Blejer para darle inmunidad al directorio del BCRA. “Todos los funcionarios corren el riesgo de sobrellevar un juicio por su paso en la función pública”, dijo en respuesta a esa iniciativa. Por eso concluyó que de consagrarse una norma de esas características “sería injusto” y generaría “un privilegio”, que dijo no compartir. La posición del ministro provocó el único aplauso que se escuchó durante el encuentro. Luego de una hora de respuestas, en las que el trato –según contaron varios de los presentes– fue “de compañero a compañero”, aun los más críticos del bloque se retiraron conformes.

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