ECONOMíA › ECONOMIA NEGOCIA CON LOS SUPERMERCADOS PARA BAJAR EL PRECIO DE LA CARNE

Acuerdo a la parrilla en el menú de Felisa

El Gobierno busca que la caída del precio de la hacienda en el mercado mayorista llegue a los consumidores. El equipo económico convocó a las grandes cadenas para que abaraten los cortes populares al menos un 10 por ciento. Las carnicerías reciben la mercadería con rebajas mínimas; apenas diez centavos por kilo.

 Por Claudio Zlotnik

El Gobierno está negociando con las cadenas de supermercados una baja en el precio de la carne. Los funcionarios pretenden que, en una primera instancia, ese sector abarate al menos un diez por ciento los cortes populares. En ese caso, trasladarían a las góndolas una parte de las rebajas que en la última semana se verificaron en el Mercado de Hacienda de Liniers. Las pequeñas carnicerías, en tanto, tuvieron la promesa que esta mañana recibirán la media res algo más barata. Apenas un gesto: 10 centavos menos por kilo.

Ayer, el ganado en pie volvió a bajar en Liniers. Apenas un 0,2 por ciento, que, más allá de la magnitud, refuerza la tendencia bajista de las últimas jornadas. En una semana, el índice novillo, valor de referencia para el mercado, se contrajo 14 por ciento y ya se encuentra en el mínimo en dos meses. La preocupación en los despachos oficiales es que estas fuertes bajas no se trasladaron, ni siquiera en parte, a los mostradores.

Lisandro Salas, secretario de Coordinación Técnica, está al frente de las conversaciones con los súper. Es el mismo funcionario que comandó los acuerdos de precios que están en vigencia con las cadenas y con las empresas productoras. El principal argumento de Salas es que la mayoría de las cadenas participan activamente en el Mercado de Liniers comprando hacienda. Es decir, se benefician en forma directa con el abaratamiento que se está verificando en los remates ya que no se valen de los intermediarios. Economía quiere que trasladen al público esa mejora lo más rápido posible. Más allá de las ofertas de ocasión que, sobre todo los fines de semana, publican las cadenas, la intención de Felisa Miceli es que las rebajas sean permanentes.

Además de ésta del Gobierno con los supermercados, en la actualidad se armaron otras mesas de negociaciones. Las pequeñas carnicerías, por un lado, y los autoservicios, por otro, vienen conversando con los frigoríficos y los matarifes para que les mejoren el precio de la media res. Por ahora, a los supermercados de origen chino no les está yendo nada bien. Miguel Angel Calvete, representante del sector, comentó a Página/12 que en los últimos días mantuvo varios encuentros con sus proveedores. “Están intransigentes. No quieren ceder nada”, señaló.

Un panorama similar relató Alberto Wiliams, en representación de las pequeñas carnicerías de la Capital. El dirigente contó que los frigoríficos y matarifes que abastecen a los comercios aceptaron hacer una ínfima rebaja a partir de hoy, de apenas 10 centavos por kilo. En términos de porcentaje, la merma no alcanza ni siquiera al uno por ciento en promedio. Demasiado poco para la realidad que viene ocurriendo en el mercado mayorista.

De todos modos, en los despachos oficiales desconfían no sólo de los frigoríficos sino también de la cadena de comercialización. Unos y otros se valen de argumentos similares para resistirse a remarcar los precios hacia abajo. Dicen que, por una cuestión de relación con sus clientes, no pueden quedar expuestos a la volatilidad de los precios en Liniers. Desde ese punto de vista, aseguran que si se consolidan los valores actuales en los remates, no habrá problemas en trasladarlo a los mostradores. “Los carniceros prefieren ser cautos y esperar a bajar los precios. No quieren verse obligados a remarcar si dentro de unos días vuelven a subir en Liniers”, indicó a este diario un funcionario que sigue de cerca el mercado.

Mientras tanto, los precios en los remates se siguen desplomando a consecuencia de las últimas medidas oficiales. Los propios empresarios reconocen que ya pasaron varios días sin que haya exportaciones. También se suspendieron las ventas “al oído” en Liniers, iniciativa que sirvió para transparentar las subastas. El titular de la Comisión de Defensa de la Competencia, José Sbattella, señaló ayer en el Congreso que la aplicación de esa medida permitió que el precio del ganado en pie disminuyera un 20,4 por ciento desde la primera semana de marzo. “Desde diciembre de 2001 la hacienda subió un 33 por ciento en dólares”, remarcó el funcionario para dar cuenta de la distorsión que existe en ese mercado.

Un informe de la consultora privada IES dio cuenta de la ventaja y de la desventaja por haber suspendido las exportaciones de carnes. Por un lado se especificó que habrá una baja en los precios al público. El costo por beneficiar al mercado interno se cuantificó en 593 millones de dólares. Ese sería el impacto en la balanza comercial por la disminución de las ventas al exterior por los próximos seis meses. También habría una pérdida de 275 millones de pesos, que es lo que se dejaría de recaudar en concepto de retenciones.

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Por más que se busque en la góndola, la rebaja del precio que se verifica en Liniers a nivel del consumidor no se refleja.
 
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