ECONOMíA › LA BRASILEñA PETROBRAS PAGó U$S 1100 MILLONES POR LA PETROLERA PEREZ COMPANC

La naviera es de bandera verdeamarhela

Gregorio Pérez Companc se desprendió sorpresivamente de la petrolera, en otro movimiento de repliegue de los grupos económicos locales. Informó que concentrará sus negocios en Molinos. Petrobras definió así su estrategia de expansión regional.

 Por Claudio Scaletta

La familia Pérez Companc acordó la venta a la brasileña Petrobras del 58,6 por ciento de Pecom Energía, la segunda petrolera del país después de la española Repsol YPF, y del 41,7 de Petrolera Pérez Companc. El monto involucrado en las operaciones superará los 1100 millones de dólares. La transferencia constituye un nuevo hito en el proceso de transnacionalización de la economía argentina, donde la otrora poderosa “burguesía nacional” continúa abandonando áreas estratégicas al capital extranjero.
La lucrativa operación se inscribe en los planes de ambos grupos empresarios. Petrobras había anunciado su proyecto de expansión latinoamericana, en el que Argentina tendría un rol central, mientras que Pérez Companc buscaba desprenderse de su área petrolera para concentrarse en el mercado de alimentos. Entre los motivos de la transacción existieron dos razones determinantes: la jugosa oferta realizada por Petrobras y las limitaciones de Pérez para tomar dinero en el exterior, condición imprescindible para crecer en el mercado petrolero y vedada por el default argentino. En paralelo, la apuesta de la familia más rica del país por el sector alimentario había comenzado en 1999, cuando adquirió Molinos Río de la Plata, para luego sumar las empresas Molfino, Agra, Luchetti y la bodega Nieto Senetiner. Más recientemente compró las firmas Goodmark e Igloo, que integró a Molinos. La familia también se retiró del sector financiero, el que había resultado clave en la expansión del grupo desde mediados de los ‘70. En enero de este año vendió al Santander Central Hispano el 18,5 por ciento de las acciones del Banco Río que aún conservaba.
El pasado 2 de julio en Buenos Aires, el presidente de Petrobras, Francisco Gross, había anunciado que su empresa planeaba inversiones en la Argentina por 140 millones de dólares hasta el 2005, de los que 43 millones serían desembolsados en el actual semestre. Por entonces, nada permitía prever la actual operación. Sin embargo, aunque las actividades oficiales de Gross duraron un sólo día, permaneció en el país durante cuatro. Su tarea fundamental fue llevar personalmente la oferta de compra a Gregorio Pérez Companc. El encuentro tuvo éxito. Se acordó la venta y se decidió delegar en los técnicos el ajuste fino de la transferencia.
Según el comunicado oficial de Pérez Companc difundido ayer, el acuerdo alcanzado con Petrobras consiste en “iniciar un proceso de transferencia del 58,6 por ciento del capital accionario de Pecom por un monto de 754,6 millones de dólares en efectivo por las acciones clase A y de 370,5 millones de dólares en obligaciones negociables de mediano plazo por las acciones clase B”.
Adicionalmente, se negoció un acuerdo preliminar para la transferencia del 47,1 por ciento de Petrolera Pérez Companc –la que pertenece directamente a la familia– por 56,7 millones de dólares.
Los objetivos estratégicos de expansión de Petrobras hasta el 2010 tienen su foco en lo que consideran su área natural, es decir, América Latina. La firma brasileña ya cuenta con inversiones en Bolivia, Venezuela y México. Recientemente, en sociedad con la estadounidense Devon, perforó un pozo en el Golfo de México, en aguas jurisdiccionales de Estados Unidos. En Africa posee explotaciones en Angola y Nigeria.
En la Argentina, en tanto, su objetivo de mediano plazo consistía en convertirse en la segunda petrolera del país detrás de la española Repsol YPF. Cuando finalice la operación de transferencia lo habrá logrado, convirtiéndose, además, en la segunda empresa integrada del mercado petrolero local.
Hasta ahora Petrobras compraba la materia prima para su refinería de 8 proveedores locales diferentes. La apuesta por la integración mediante la suma de la producción de crudo propio comenzó con la obtención de la concesión de 4 áreas de exploración en la zona de Puesto Zúñiga, en la cuenca neuquina, de la que aún no obtuvo resultados. La adquisición de Pecom Energía y de Petrolera Pérez Companc le aportarán una producción propia en torno de los 450.000 metros cúbicos mensuales (contra 1,6 millón de Repsol YPF). Esto significa que controlará alrededor del 13 por ciento del upstream local. Adicionalmente contará con una producción gasífera cercana a los 400.000 metros cúbicos por mes (contra 1,1 millón de Repsol YPF). Hasta ahora sólo poseía una participación del 15 por ciento del yacimiento gasífero salteño de Aguaragüe. Ambos insumos serán utilizados en su refinería del Polo Petroquímico de Bahía Blanca, en su planta separadora de gases del programa Mega y en la fábrica de lubricantes de Avellaneda. Los productos terminados se comercializarán a través de las 300 estaciones de servicio de EG3 adquiridas el 17 de diciembre pasado. Además del acuerdo alcanzado con Pérez Companc, la firma brasileña se encuentra también en tratativas para comprar la Petrolera Santa Fe.
Petrobras es una empresa controlada por el Estado brasileño, quien durante el auge de las privatizaciones optó por realizar lo que se denominó una “apertura de capital”. Esta estrategia le permitió conservar la propiedad del 34 por ciento de la empresa, dividiendo el 66 por ciento restante en 135 mil acciones repartidas en pequeños accionistas. La diferencia de resultados con el modelo argentino es evidente. Mientras Petrobras crece en la región, Brasil logró mantener el control de un recurso estratégico. Argentina, en cambio, pagó durante años una de las naftas más caras del mundo y es el único país productor de petróleo del mundo cuya economía se ve afectada cuando aumenta el crudo.
Petrobras no sólo no pierde dinero. Solamente fuera de Brasil su facturación anual alcanza los 900 millones de dólares y el objetivo es llegar a los 5000 millones. Se espera que una parte considerable de estos ingresos provengan de Argentina. En total la firma factura actualmente 25 mil millones y proyecta llegar a los 35 mil en los próximos años. Su crecimiento en Argentina fue explosivo. En el 2000 sólo tenía 20 empleados y a fines del año pasado más de 1530.
Como resultado de la transacción anunciada ayer sólo resta una petrolera de capital local, Pluspetrol, cuya producción representa apenas el 2,5 por ciento del mercado. Para el consumidor argentino la entrada de Petrobras no generará, por ahora, mayores cambios, sólo habrá un integrante más en el oligopolio.

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Goyo Pérez Companc vendió su nave insignia para concentrarse en el mercado de alimentos.
Así, el grupo económico argentino más importante abandona sus inversiones principales.
 
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