ECONOMíA

Bandera de largada a otra ola de extranjerización

Después de Pérez, Arcor, Coto, Loma Negra, Aluar y Molinos –también de PC– están en la mira de inversores latinoamericanos y de fondos especulativos estadounidenses. Quedan pocas empresas argentinas.

 Por Claudio Zlotnik

La venta de Pérez Companc a la brasileña Petrobras se convirtió en la primera operación de envergadura de la posconvertibilidad. La fuerte devaluación del peso hundió los valores de las compañías, y hay inversores extranjeros dispuestos a quedarse con las empresas de capitales argentinos que quedan. Bajo la lupa figuran Arcor, Coto, Loma Negra, Aluar y Molinos, la alimentaria en poder de Pérez Companc. Los interesados provienen mayoritariamente de México y Brasil, aunque también se están formando fondos de inversión de Estados Unidos. El pase de manos que se avecina también incluirá a ex empresarios argentinos intentando desembarcar en las mismas compañías que vendieron en la década pasada.
La operación conocida ayer dispara el interrogante de si hay que tomarla como un hecho aislado o, por el contrario, se constituyó en el banderazo de largada de otro proceso de cambios en las empresas. Página/12 planteó esta incógnita en dos bancos de inversión internacionales. La respuesta fue coincidente: los principales proyectos corresponden a inversores brasileños y mexicanos. De hecho, los socios en el Mercosur fueron protagonistas en las dos últimas operaciones relevantes: la venta de una porción de Cervecería Quilmes a Brahma y, ayer, la de Pérez Companc.
El protagonismo de los latinoamericanos no es casual. Según remarcaron los especialistas consultados, brasileños y mexicanos se atreven a invertir en un país convulsionado porque a ellos mismos les tocó atravesar crisis económicas en otros momentos. Por otra parte, en ambos países existen grandes grupos empresarios con liquidez suficiente para quedarse con las devaluadas compañías argentinas.
Precisamente, el mayor atractivo para los inversores radica en adquirir compañías robustas a precios ganga por la devaluación y la crisis. Sin embargo, a pesar de la situación ventajosa, existen dudas antes de jugar las fichas. “Hay mucho temor de apostar antes de que se esclarezca el mapa político. Muchos prefieren ver quién gana las elecciones antes de invertir, aunque eso signifique pagar después más caro”, reseñó el ejecutivo de uno de los bancos de inversión consultados por este diario. El tema económico también genera muchas dudas, especialmente por la suerte que corra el dólar en los próximos meses. “Hasta que no existan certezas de un valor de equilibrio será muy complicado cerrar operaciones porque los empresarios quieren saber cuál será su rentabilidad antes de apostar”, explicó la fuente. Incluso, en la city dijeron a Página/12 que la adquisición de una parte de Telecom por parte de Telmex se encontraría trabada por las dudas de los mexicanos sobre la cotización de equilibrio del dólar. “Prefieren esperar antes que comprar caro. Todavía no se disiparon las dudas sobre la posibilidad de una hiperinflación”, manifestaron los financistas consultados.
Otro grupo que quiere quedarse con empresas argentinas son los llamados fondos “distress”, especie de “inversores buitres”, que van en busca de empresas fuertemente endeudadas o a punto de quebrar. Pero a diferencia de lo ocurrido durante los ‘90, cuando los fondos de origen estadounidense compraban compañías para valorizarlas y luego venderlas mucho más caro, la estrategia de ahora pasaría por comprar empresas golpeadas por la crisis pero que mantienen un buen potencial. El negocio sería hacerse cargo de sus deudas a cambio de apropiarse del paquete accionario y venderlas más adelante, no bien la economía vuelva a un ciclo de crecimiento.
Un último grupo de potenciales compradores lo constituyen ex dueños de empresas que se desprendieron de sus activos durante la década menemista. Por ellas recibieron gruesos fajos de dólares, girados prudentemente al exterior, de parte de conglomerados extranjeros dispuestos a apostar por una Argentina con Convertibilidad y próspera. De Santibañes (Crédito Argentino), Grüneisen (Astra), Guil (Supermercados Norte), Montagna (Terrabussi) son algunos de los apellidos de hombres que hace algunos años vendieron sus empresas por millones de dólares, y que dio marco a unaveloz concentración y extranjerización de la economía. Pero en los bancos de inversión consultados advirtieron que son varias las multinacionales con ganas de dejar la Argentina, y que ya existen contactos con los ex propietarios. “Son los ideales. Conocen el negocio y recomprarían sus compañías por mucho menos de lo que vendieron”, apuntó un analista de la city a este diario.
Sin embargo, existen expertos que descreen que la venta de Pérez Companc prenuncie una oleada de operaciones. Marta Castelli, analista de empresas en la agencia estadounidense Standard & Poor’s es una de ellas. “A pesar de la suba del dólar, todavía es apresurado para definir si seguirán las compraventas. Ni siquiera existe una estabilidad macroeconómica que dé lugar a un proceso de ese tipo”, remarcó en diálogo con Página/12.
No obstante, para muchos otros, el paso dado por Petrobras puede terminar de decidir a inversores interesados que hasta ahora prefirieron el perfil bajo.

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