–¿Cuáles son las perspectivas para la industria nacional en el corto, mediano y largo plazo?

–La industria es y será un actor fundamental en el fuerte crecimiento de 2010. Es más, no sería posible hablar seriamente de desarrollo sustentable sin una industria que lo dinamice. El proceso exitoso de reindustrialización que se ha venido dando desde 2003 a la fecha nos ha permitido sustituir importaciones, aumentar y diversificar nuestra inserción internacional exportadora y subir la generación unitaria de valor agregado industrial. Pero podemos y debemos ser ambiciosos y para ello la inversión es el eje fundamental del crecimiento. Y en esa dinámica seremos cuidadosos en privilegiar el desarrollo de los eslabones faltantes del tejido productivo local. Me refiero tanto a insumos difundidos, como aceros inoxidables y algunos polietilenos, para dar sólo algunos ejemplos, o a productos de electrónica de calidad y autopartes de alto contenido tecnológico, o principios activos de la industria farmacéutica. El aliento a la inversión, como política publica, está y estará vinculado con ofrecer alternativas de financiamiento blando con tasas y plazos competitivos a nivel internacional, otorgar incentivos fiscales como los que ofrece la Ley de Promoción de Inversiones, y articular políticas sectoriales como las que estamos desarrollando en los sectores automotor, motos, ciclomotores, software, biotecnología, y las que pondremos en marcha en los servicios de valor agregado o en industrias de medicamentos en los que ya estamos trabajando.