ECONOMíA › CONCLUSIONES DE LA CUMBRE DE NEGOCIOS, PARALELA AL ENCUENTRO DE JEFES DE ESTADO DEL G-20

El neoliberalismo vive en el establishment

Presidentes y CEO de 120 empresas líderes de 34 países pidieron una menor intervención del Estado en la economía, reducir estímulos fiscales y monetarios, promover una mayor circulación de capitales y eliminar las barreras arancelarias.

 Por Fernando Krakowiak

Desde Seúl

La Cumbre del G-20 tuvo en esta oportunidad su réplica a nivel empresario. En el hotel Sheraton, al norte de la ciudad, los presidentes y CEO de 120 empresas líderes de 34 países se reunieron durante dos días para analizar la evolución de la economía mundial desde la óptica privada. Hasta allí incluso se acercaron a disertar algunos mandatarios, como Cristina Fernández de Kirchner, la alemana Angela Merkel y el español José Luis Rodríguez Zapatero. Los ejecutivos emitieron su propia declaración, un día antes que los jefes de Estado, y quedó claro que para ellos las recetas neoliberales siguen vigentes. Piden una menor intervención del Estado en la economía, reducir estímulos fiscales y monetarios, promover una mayor circulación de capitales, eliminar las barreras arancelarias y garantizar seguridad jurídica. La idea de convocarlos surgió del gobierno surcoreano, pero los jefes de Estado celebraron la iniciativa y en la declaración final emitida ayer dijeron que esperan “la continuidad de la misma en las siguientes cumbres”. De modo que un nuevo Davos parece estar gestándose.

En contraste, el gobierno argentino consiguió ya desde la cumbre de Pittsburgh, Estados Unidos, que a las reuniones del G-20 sea invitada la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para darles posibilidad de intervención también a los trabajadores. Para la preparación de la nueva Cumbre Empresarial se armaron 12 grupos de trabajo, cada uno dirigido por un coordinador, que produjeron informes durante los últimos cuatro meses con propuestas concretas de acción mundial sobre las prioridades económicas. Cuando se reunieron con los presidentes, cada uno de los 12 grupos de trabajo destacó a través de un vocero las recomendaciones de sus miembros para la acción de gobierno, las empresas, las organizaciones internacionales y los grupos de la sociedad civil. Sus planteos no son tan descarnados como podrían haberlo sido antes del estallido de la crisis internacional que dejó expuestos los riesgos que supone la falta de regulación. Sin embargo, la esencia es la misma.

Por ejemplo, el grupo de trabajo sobre el apoyo para el crecimiento económico y sus consecuencias para la política del sector financiero sostuvo que debe “reafirmarse el compromiso de los flujos de capital global y coherente en las normas reguladoras globales y tomar medidas para profundizar y ampliar los mercados de capital además de destacar los riesgos de proteccionismo financiero”. Los encargados de analizar el fomento a la inversión extranjera remarcaron la necesidad de “estimular una mayor apertura”, desarrollar un modelo internacional de tratados de inversión y “garantizar un marco jurídico claro y exigible”.

Cuando todavía no se sabe para dónde puede derivar la crisis internacional, los empresarios crearon un grupo de trabajo para analizar la “reducción de estímulo fiscal y monetario”. Vale la pena reproducir textualmente las recomendaciones:

- “Opinamos que las medidas de estímulo deben retirarse para iniciar la transición de la demanda estimulada por el gobierno hacia el crecimiento privado liderado por la recuperación estabilizada.”

- “La política monetaria debe regresar gradualmente a una posición neutral para evitar la asignación de capital ineficiente y nuevas burbujas de activos.”

- “Estrategias fiscales de salida deben centrarse en la reducción del gasto del gobierno y los gobiernos deberían a su vez evitar la subida de impuestos a menos que fueren inevitables para eludir una crisis fiscal grave.”

Entre los empresarios que participaron de la cumbre se destacan los CEO y presidentes de los bancos Deutsche, BNP Paribas, BBVA, Santander, Tokio–Mitusbish UFJ y Citigroup. Además estuvieron las petroleras Repsol y Royal Dutch Shell, la empresa de seguros Met Life y el fondo de inversión estadounidense Blackstone, entre otros. Incluso hubo algunos argentinos invitados, como los dirigentes de la Unión Industrial Héctor Méndez y José de Mendiguren, el presidente del Grupo IRSA, Eduardo Elsztain, y el ex titular del Banco Central Mario Blejer.

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, presentó el resultado del informe ayer ante sus pares y señaló que para la recuperación y crecimiento de la economía mundial se debe incrementar el papel del sector privado. Además, Lee recalcó la necesidad de regularizar la cumbre empresarial del G-20, a fin de elevar la credibilidad del foro, aunque cuesta creer que eso pueda ocurrir si mantienen estas recetas.

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Los grupos antiglobalización protestaron contra los postulados de los empresarios.
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