EL MUNDO › NUEVO ESCáNDALO EN ALEMANIA

Obispo golpeador

 Por Tony Paterson*

Desde Berlín

El escándalo de abusos contra menores que sacude a la Iglesia Católica sumó un nuevo capítulo ayer, cuando un obispo alemán personalmente designado por el papa Benedicto XVI fue acusado de golpear y maltratar a niños en el hogar St Josef de Bavaria, durante las décadas del ’70 y ’80.

Cinco ex alumnos de la institución enviaron declaraciones al diario alemán Suddeutsche Zeitung, en las que denunciaban al ultraconservador obispo de Ausburgo, Walter Mixa, de pegarles y degradarlos durante sesiones de castigo en el hogar.

La diócesis del obispo, hombre de la Iglesia designado por el mismísimo Papa en 2005, refutó las denuncias catalogándolas de “absurdas, falsas y obviamente inventadas con el propósito de difamar personalmente al párroco”, mientras que anunció el inicio de medidas legales contra los denunciantes.

Las nuevas acusaciones contra Mixa, responsable de la institución entre 1975 y 1996, emergieron en un momento donde el Vaticano prepara una defensa legal con la esperanza de cubrir al sumo pontífice de un posible litigio judicial en los Estados Unidos. La Justicia norteamericana quiere que Benedicto XVI responda a preguntas bajo juramento relacionadas con los abusos de doscientos niños sordos en manos del reverendo Lawrence Murphy durante los años ’50 al ’74.

Documentos de la Corte demuestran que los abogados de la Santa Sede planean argumentar que el Papa posee inmunidad como cabeza de Estado, en un intento de frenar el primer caso en los Estados Unidos que llega a la etapa de determinar si las víctimas tienen un reclamo justo contra el Vaticano por no alertar a las autoridades o al público sobre el abuso de curas a menores.

En Alemania, la antigua residente del hogar St Josef, Hidegar Sedlmairs dijo al matutino que, a sus 15 años, el obispo Mixa la arrastró afuera de su cama y le pegó reiteradas veces en el brazo.

“Me agarró de mi camisón, me empujó afuera de mi cama y me golpeó. Los dos años que pasé en St Josef fueron los peores de mi vida. En el hogar infantil había un clima de miedo”, rememoró Sedlmairs, hoy de 48 años.

“Tuve dolores por varios días después de que el obispo me azotara. Tuve que inclinarme sobre un banco, para que él me pegara treinta y cinco veces con un sacudidor de alfombras”, afirmó por su parte otro antiguo residente del hogar, Thomas Huber.

Las denuncias de los ex residentes también salpican a las monjas del hogar, acusadas de maltratos al igual que el obispo. A principios de este mes, el hermano del pontífice, Georg Ratzinger, admitió haberles propinado golpizas a los niños durante su período como director del Coro de Resensburger.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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