EL MUNDO › LOS MILITARES MATAN Y HACEN PASAR LOS CUERPOS POR GUERRILLEROS

Ex paras denuncian ejecuciones del ejército

Más denuncias de ejecuciones extrajudiciales a manos del ejército colombiano. Los llamados “falsos positivos”. Varios ex integrantes de los grupos paramilitares de ultraderecha han acusado a militares asignados a una guarnición del centro de Colombia de participar en decenas de ejecuciones para mostrar “buenos resultados” en la lucha contra la guerrilla, informa ayer el diario El Tiempo de Bogotá.

Las denuncias se conocieron en el marco de procesos contra Daniel Rendón, alias “Don Mario”, un narcotraficante y jefe de un grupo paramilitar, y algunos de sus cómplices, como Manuel Pirabán (alias “Jorge Pirata”), Benjamín Parra (“Cony”) y otros supuestos paramilitares conocidos con los alias de “Chatarro” y “Julián”.

Los delincuentes aseguraron que los bloques paramilitares Centauros y Héroes de los Llanos entregaron a “decenas de personas” a miembros del batallón del ejército 21 Vargas, destacado en el departamento de Meta, para ser ejecutadas y mostradas como guerrilleros abatidos en combate.

Según los relatos, los paramilitares se ganaban la confianza de jóvenes a los que llevaban a burdeles y los emborrachaban, tras lo cual los vestían con uniformes camuflados y los asesinaban en la calle. Los ex integrantes de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) aseguraron que esos casos ocurrieron en las poblaciones de Fuente de Oro, Granada, San Martín, Castillo, Mesetas y El Jardín.

Rendón y sus hombres acusaron de las ejecuciones a varios oficiales del batallón 21 Vargas, entre ellos el coronel Hernán Cabuya, el mayor Ricardo Arcos y el capitán Ricardo Rivera, además de otros militares a los que solamente identificaron por sus apellidos, según el informe periodístico.

El Tiempo señaló que Rendón y sus hombres acusaron a varios oficiales del batallón 21 Vargas de las ejecuciones, entre ellos el coronel Hernán Cabuya, el mayor Ricardo Arcos y el capitán Ricardo Rivera, además de otros militares a los que solamente identificaron por sus apellidos.

Daniel Rendón afirmó que entregaba a “Chatarro” dinero cada mes para que coordinara con el coronel Cabuya las operaciones ilegales y confesó que en una ocasión los paramilitares construyeron un campamento para que el ejército lo atacara y lo mostrara como un golpe contra la guerrilla.

El periódico recordó que el batallón 21 Vargas fue condecorado en 2003 por el Ministerio de Defensa por ser la unidad militar con mejores resultados en la lucha contra la guerrilla cuando estaba al mando de Cabuya. En otras declaraciones hechas en los últimos meses, Rendón ha señalado que entre 2002 y 2004 supo de más de 100 casos de ejecuciones cometidas por militares en varios municipios de Meta.

El tema de las ejecuciones por parte de militares comenzó a llamar la atención del país en 2008, cuando se estableció que 11 jóvenes que habían desaparecido a comienzos de ese año en la población de Soacha, contigua a Bogotá, fueron hallados muertos en el nordeste del país, cerca de la frontera con Venezuela.

Los jóvenes fueron presentados por el ejército como guerrilleros abatidos en combate, pero la investigación comenzó cuando sus familiares aseguraron que no eran miembros de grupos armados y que desaparecieron tras ser contactados por una persona que les ofreció trabajo.

La fiscalía puso al descubierto meses atrás una red dentro del ejército encargada de conseguir a jóvenes desempleados, algunos de ellos con problemas mentales o de drogadicción, para llevarlos a lugares alejados y asesinarlos, a fin de mostrarlos como guerrilleros y recibir premios y felicitaciones de sus superiores.

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