EL MUNDO › GEORGE W. BUSH LANZO UNA NUEVA MEGARREDUCCION DE IMPUESTOS

Un plan para estimular a los ricos

“No permitiremos que ningún régimen amenace la libertad y la seguridad de los estadounidenses o de nuestros aliados”, dijo ayer George Bush. Pero el paquete de “estímulos económicos” que lanzó ayer parece destinado a socavar la seguridad económica de los pobres.

“Nuestro primer reto es permitir que los norteamericanos se queden con más dinero, de modo tal de que puedan gastar, ahorrar e invertir.” En el Club Económico de Chicago, el presidente norteamericano George Bush presentó ayer su anunciado paquete económico que consiste, básicamente, en la reducción de impuestos para los sectores más pudientes de la sociedad: eliminación de los impuestos a los dividendos y la reducción de impuestos sobre la renta individual y de pequeñas empresas, además de la extensión de los beneficios por desempleo. Bush dijo que el plan tendrá un costo de 670.000 millones de dólares en diez años e inyectará unos 70.000 millones de dólares en el próximo año y medio en la economía estadounidense. Bush también habló de Irak y Corea del Norte. “Circunstancias diferentes requieren estrategias diferentes”, dijo para justificar los tratos distintos para los dos países. Representantes norteamericanos se reunieron con colegas surcoreanos y japoneses, luego de que Corea del Norte dijera que si se le imponen más sanciones económicas “habrá guerra”. El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, exigió que Saddam Hussein “se marche esta misma noche de Irak”.
Bush instó al nuevo Congreso, que asumió ayer sus funciones, para que apruebe su plan en forma inmediata. Mayoría en ambas Cámaras no le falta a Bush, pero algunos republicanos moderados, al igual que los demócratas, cuestionan el plan. La oposición demócrata considera que el proyecto no es efectivo en forma inmediata, no es responsable en términos fiscales y está orientado al sector de mayores recursos. “Le agregan ornamentos para hacer parecer que el plan está ayudando a la gente común, pero no es así”, afirmó el senador demócrata John Edwards, quien ya anunció sus intenciones de postularse para la presidencia en 2004. Sobre la eliminación de los impuestos a los dividendos, Bush dijo que se trata de corregir lo que en los hechos es una doble tributación: primero como beneficios para la empresa y luego como ingreso para los accionistas. “La doble tributación es injusta, es mala para nuestro país”, afirmó. Según Glenn Hubbard, jefe de consejeros económicos de la Casa Blanca, la supresión de este impuesto generará un alza de la Bolsa de Nueva York del siete al 10 por ciento en relativamente poco tiempo.
Respecto a la reducción de impuestos sobre la renta individual, el presidente norteamericano señaló que el programa implica una reducción promedio en los impuestos sobre la renta individual de 1083 dólares para 35 millones de contribuyentes (más de la mitad, personas mayores), que actualmente paga aproximadamente un tercio de sus ingresos en impuestos. Otras medidas previstas por el paquete son la extensión de los beneficios por desempleo y la aceleración del calendario de recortes de impuestos aprobados hace dos años, así como incentivos impositivos para la compra de bienes para la producción. Las previsiones de la Casa Blanca incluyen la creación de 2,1 millones de empleos hasta el 2006.
Según cifras oficiales, el sector más rico de los norteamericanos (unas 200.000 personas que ganan más de un millón de dólares por año) constituye apenas el uno por ciento de los contribuyentes del país, pero el año pasado ganaron en dividendos el 25 por ciento del total de dividendos obtenidos por el conjunto de los contribuyentes (unos 25 mil millones de dólares). Con estos números en mano, los demócratas y algunos republicanos moderados argumentan que el plan de Bush no hace nada para equilibrar la situación y que directamente no se ve ningún beneficio para los sectores más pobres de la población.
Para colmo, existen versiones de que la administración Bush también está intentando congelar cualquier gasto público que no esté destinado al nuevo Departamento de Seguridad Interior. Organizaciones sociales de lucha contra la pobreza estiman que este congelamiento afectaría a un programa de nueve mil millones que van dirigidos a los sectores de menores ingresos. “En un momento en el que mucha gente no puede acceder a alguna ayuda económica, el recorte de tasas ayuda a quienes menos necesitan ayuda”, había dicho anteayer un editorial del Washington Post. Por su parte, los demócratas están preparándose para lanzar su propio paquete de estímulo para la economía. Supone un costo de 130 mil millones de dólares para la próxima década para el Departamento del Tesoro e incluye el reembolso de impuestos por un valor de 300 dólares por trabajador e incentivos impositivos para las empresas.

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George W. Bush niega ayer en Chicago que el plan sea para favorecer a los que favorecerá.
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