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La crisis que llegó cuando todos miraban a otra parte

La campaña electoral en Israel fue lanzada formalmente ayer. Como parte del asunto, se filtraron al diario “Haaretz” sospechas del procurador general sobre los manejos financieros de la familia Sharon. Pero el eje electoral sigue estando en el antiterrorismo.

Por Chris McGreal
Desde Jerusalén

El procurador general de Israel está investigando a Ariel Sharon en conexión con denuncias de que mintió a la policía sobre el origen de 1,5 millones de dólares que usó para pagar fondos electorales ilegales. El último escándalo financiero en alcanzar a Sharon, cuyo partido está perdiendo posiciones en la campaña hacia las elecciones generales del 29 de enero tras una ola de denuncias sobre compra de votos y crimen organizado, salió a la luz después de que el Ministerio de Justicia requiriera ayuda a las autoridades sudafricanas para rastrear el dinero. Documentos enviados a los sudafricanos indican que Sharon y sus dos hijos, Omri y Gilad, pueden quedar expuestos a acusaciones de fraude, engaño y mentir a la policía.
La investigación fue gatillada por un camarada de guerra del primer ministro que vive en Ciudad El Cabo y del que se dijo que habría entregado hasta 1,5 millones de dólares para rescatar a Sharon de una crisis financiera. Los asesores del primer ministro descartaron las denuncias como una conspiración electoral para desacreditarlo. La oposición, representada por el líder laborista Amran Mitzná, llamó ayer a la renuncia del primer ministro. La respuesta de Sharon fue ordenar al Procurador General que investigara la fuente de la filtración al diario Haaretz. Pero el efecto político final del escándalo es incierto, dado que el atentado antiisraelí del domingo, que con 24 muertos fue el más grave desde que se inició la Intifada en septiembre de 2000, probablemente ayudaría a la causa del premier de línea dura.
La investigación se enfoca en la campaña de Sharon por el liderazgo del partido Likud hace cuatro años, que pavimentó su camino hasta la posición de primer ministro. En octubre de 2001, el Contralor Estatal emitió un informe que concluyó que Dov Weisglass, en ese momento abogado de Sharon y actualmente jefe de la oficina del primer ministro, había montado una compañía pantalla para canalizar más de un millón y medio de dólares en aportes ilegales a la campaña. El Contralor juzgó que el dinero violaba la ley electoral, aunque no constituía un delito, y ordenó a Sharon devolverlo. El primer ministro hipotecó su rancho familiar en el desierto del Neguev y usó el dinero para devolver los fondos ilegales de campaña. Pero el banco descubrió luego que Sharon no era el dueño del rancho. Está arrendado de la agencia israelí de territorios con donaciones de todo el mundo. El banco demandó la devolución inmediata de la hipoteca.
Alguien –no es claro si el primer ministro o sus hijos– habría acudido a Cyril Kern, un ciudadano británico residente en Sudáfrica que combatió a las órdenes de Sharon durante la guerra de independencia de Israel en 1948. Kern habría entregado un préstamo de 1,5 millones de dólares a Omri y Gilad. En abril del año pasado el dinero fue usado para saldar la hipoteca, dijo ayer Eyal Arad, asesor político de Sharon. En ese momento, la escuadra antifraude entrevistó a Sharon en la residencia del primer ministro y le preguntó si había cumplido la orden del Contralor del Estado de devolver el dinero a la empresa pantalla, Annex Research. Cuando dijo que sí, le preguntaron de dónde salió el dinero. Sharon habría dicho que era de la hipoteca de su rancho.
En los documentos pidiendo ayuda sudafricana, los investigadores dicen que eso fue una mentira. “El 22 de abril ya todos los involucrados sabían que era imposible hipotecar el rancho a cambio del préstamo, y por lo tanto el rancho no podía ser hipotecado para pagar los cientos de miles de dólares prestados por el banco. Pese a eso, cuando la policía preguntó a Sharon cómo organizó el pago a Annex Research, respondió que el pago fue hecho posible como resultado de hipotecar el rancho. Kern no fue mencionado, como tampoco el hecho de que el dinero fue transferido o prestado por él”, dice el pedido israelí. La oficina del ProcuradorGeneral dijo a los sudafricanos que está desarrollando su investigación con vistas a formular acusaciones de Fraude, engaño y mentir a la policía.
Sharon no habló del asunto ayer, pero Arad dijo que el primer ministro no sabía, y no había preguntado, cómo se habían devuelto los fondos ilegales de campaña. Si hay que culpar a alguien, dijo Arad, es a los hijos. “La policía preguntó a Sharon: ‘¿Cómo pagó el préstamo?’, y Sharon dijo: ‘No sé, mis hijos se ocuparon del préstamo. Puede que hayan hipotecado la granja’. El primer ministro dijo a la policía exactamente lo que sabía. Sus hijos son los que se encargan de todos los asuntos financieros de la granja”.
No hay ninguna sospecha de conducta impropia por parte de Kern, que dirige una compañía llamada The Sourcing Office. Ayer admitió que conoce a Sharon y a sus hijos, pero declinó discutir la investigación. “Este es asunto privado entre la familia Sharon y yo”, dijo.

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Ariel Sharon (c.) con el ministro de Defensa, Shaul Mofaz (d.), y Moshe Yaalom, jefe de Estado Mayor.
 
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