EL MUNDO › LAS FUERZAS REBELDES AVANZAN SOBRE EL BASTIóN DEL GOBIERNO LIBIO

Más cerca de la cuna de Khadafi

El renovado bombardeo de las posiciones militares en la ciudad por los aviones de la coalición internacional había causado algo de daño, pero la ciudad permanece bien protegida. El gobierno habría repartido armas a los civiles.

 Por Kim Sengupta *

@Hubo escaramuzas en el camino y algunas retiradas de pánico, pero, lentamente las fuerzas rebeldes se dirigían hacia su objetivo –Sirte, el lugar natal de Muammar Khadafi, un feroz bastión leal y un punto estratégico clave para dirigirse a la capital de Libia, Tripoli–. La escala y la naturaleza de la resistencia de los soldados del régimen indicaban hasta qué punto su poder de fuego había sido devastado por los ataques aéreos occidentales. Había poco del pesado bombardeo que había hecho huir a las fuerzas revolucionarias en el pasado. Esto fue reemplazado por cohetes esporádicos y choques de armas livianas en el terreno.

El presidente del Consejo Nacional Transitorio (CNT) libio, Mustafa Abdeljalil, subrayó ayer la “urgente necesidad de armas ligeras” en su lucha contra Muammar Khadafi, quien tras la victoria “será juzgado”, aseguró en declaraciones al canal público France 2. El titular del CNT aseguró que su intención es construir “un país libre, democrático, que respete derechos humanos y alternancia política”.

Los comandantes rebeldes, sin embargo, seguían preocupados por los informes de que la población masculina de Sirte había sido armada y que lo que queda de los blindados y la artillería en el frente oriental fue desplegado para proteger a la ciudad. Se dijo que el renovado bombardeo de las posiciones militares en la ciudad por los aviones de la coalición internacional había causado algo de daño, pero la ciudad permanece bien protegida.

El gobierno rebelde espera que las defensas en Sirte puedan socavarse desde adentro. Las negociaciones continúan, afirman los funcionarios, con dos clanes, el Farjan y el Hamanlah, en intentos de persuadirlos de que se queden fuera de los combates y usen su influencia con otros para asegurar una entrega con el menor baño de sangre posible.

Según algunos informes de Farjan, la mayor “familia” en el área, se ha peleado con el régimen por el reparto de dinero y armas para formar la federación tribal antirrebelde. Se dice que ellos y sus aliados, el Hamanlah, objetaron cuando habían sido recibidos otros dos clanes, el Rasoun y el Olad-Wafi. Una docena de miembros de Farjan fueron ejecutados por una milicia que apoyaba a Khadafi, después de un juicio sumario, convirtiendo la disputa en una contienda sangrienta, dicen los oficiales rebeldes –una afirmación que no puede verificarse independientemente–.

El general Khalifa Heftar, que está a cargo de las operaciones rebeldes, insistió en que las conversaciones con los clanes están progresando bien: “Nos ayudarán contra los hombres de Khadafi, estoy seguro –dijo–. El objetivo no es sólo asegurar a Sirte sino evitar la violencia innecesaria. También esperamos que el ejército, todavía con el gobierno, quiera unirse a la revolución. Tomaremos Sirte, pero tiene que ser una operación cuidadosa, y necesitamos rodear el lugar”.

Al comienzo del conflicto, la creencia entre muchos en el movimiento de protesta era que Trípoli caería antes que Sirte, “porque la gente en Sirte son leales ciegamente a Khadafi”. Pero la retirada de Ajdabiya de las tropas del régimen después de la segunda ronda de ataques desde el aire y su fracaso en defender las dos ciudades próximas, Ras Lanuf y Bin Jawad, llevó a ser optimista sobre tomar el propio bastión de Khadafi.

Pero el grado de los éxitos de los combatientes rebeldes, conocidos como “el Shabaab”, es debido a la ayuda exterior, como fue enfatizado por el general Carter F. Hamm en Washington. El más antiguo oficial estadounidense involucrado en la operación también advirtió que sin una ayuda continuada, las ganancias podrían ser revertidas.

“El régimen posee la capacidad de reducirlas muy rápidamente. El poder aéreo de la coalición es el mayor motivo de que esto no haya sucedido”, dijo. El general añadió que a pesar de algún “temblequeo localizado” por parte de los soldados del régimen en Ajdabiya, sólo hubo incidentes aislados de defección por parte de los rebeldes.

Para anoche, el Shabaab había llegado al pueblo de Om al-Gandel, a alrededor de 80 kilómetros de Sirte. Habían tomado Nawfilya, el mayor centro urbano, a la tarde. Una afirmación hecha por el vocero del gobierno provisional en Benghazi, temprano a la mañana, que Sirte ya había caído, repetida por el canal de televisión de Al Jazeera, no era cierta. Ambos lados en el conflicto han hecho exageradas afirmaciones de éxito.

Algunos combatientes Shabaab, en Bin Jawad, proclamaron que Sirte había sido tomada, basándose en el informe de Al Jazeera, y que sólo tenían que ir adelante para ocuparlo brevemente antes de seguir a Trípoli. Unos pocos autos llenos de voluntarios, sin embargo, se dirigían de regreso a Benghazi. Cuando se les preguntó por qué, uno de los conductores, Salim Yagoub, dijo: “Me adelanté porque se suponía que Sirte iba a ser difícil. Pero como ya fue capturada tan fácilmente, regreso y me ocuparé de mi negocio”.

¿Qué creían los rebeldes de las afirmaciones de Gran Bretaña y Francia de que los partidarios del régimen debían retirar su apoyo tan pronto como fuera posible, y que Khadafi debe dejar el poder? “Sirte mostrará si ése es el caso. Si la gente ahí se vuelve contra él, entonces está acabado en Trípoli”, musitó Heftar.

De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Camino a Sirte, tropas rebeldes incendian un depósito de equipos electrónicos.
Imagen: AFP
 
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